TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

martes, 19 de septiembre de 2017

LA IMPORTANCIA DE LA ADAPTACIÓN DE EXÁMENES EN EL TDAH



¿Por qué los chicos/as con TDAH necesitan adaptaciones en los exámenes?

Todo lo que se propone de aquí en adelante es válido para todos los chicos/as, no únicamente para los que padecen TDAH. Ya que este tipo de medidas servirán para mejorar los resultados de todos nuestros alumnos/as.

¿Son los chicos/as con TDAH menos inteligentes y por eso necesitan adaptaciones en los exámenes?

No, no tienen por qué ser menos inteligentes que el resto de los alumnos, es más, hay un alto porcentaje de chicos/as con TDAH que además tienen altas capacidades.

Los chicos/as con TDAH tienen dificultades tales como:

     * Dificultad para discriminar estímulos irrelevantes
     * Tiempos muy cortos de atención sostenida
     * Dificultad para la planificación y la organización

Las adaptaciones de los exámenes son adaptaciones curriculares no significativas, es decir, en ningún momento se suprime contenido del currículo; únicamente adapta la formulación de las preguntas para conseguir un mejor aprovechamiento por parte del alumno/a.

¿Qué podemos hacer para adaptar los exámenes?

Modificaciones en el examen:
  • Combinar diferentes tipos de preguntas: de desarrollo, de verdadero y falso, definiciones, tipo test de opción múltiple, combinar problemas con operaciones simples…
  • Reducir el número de preguntas por hoja.
  • Destacar en el enunciado las palabras clave, marcándolas con un subrayador, escribiéndolas en mayúscula, rodeándolas con el propio alumno, etc.
  • Simplificar el lenguaje de los enunciados, tratando de que sea sencillo y no tenga palabras rebuscadas que impidan una correcta comprensión del mismo.
  • Aumentar el espacio para contestar entre las preguntas. 
  • Si un enunciado tiene muchos apartados en vez de colocarlos todos seguidos es bueno separarlos en distintas líneas o apartados, así nos aseguraremos de que no se pasen ninguno por alto.
  • Dar más tiempo si es necesario para hacer el examen o dividir el examen en varias sesiones.
  • Ojo con la ortografía, las prisas y la falta de atención hacen que suelan tener muchas faltas, si les sobra tiempo podemos pedirles que lo revisen. Si van justos de tiempo no deberíamos penalizarlos por las faltas.
  • Tener siempre presente la alternativa de la evaluación oral.

Con anterioridad al examen:
  • Fijar las fechas de los exámenes con suficiente antelación: Una mala gestión del tiempo de los chicos/as con TDAH hacen que raras veces lleven las materias al día. Por ello es importante que las fechas de los exámenes se fijen con tiempo suficiente para poder planificar el estudio y llevarlo a cabo.
  • Trabajar con muestras de formato de exámenes: Es de gran ayuda para todos poder entrenarse con ejercicios y formatos tipo de lo que se van a encontrar en el día señalado.
  • Es mejor más exámenes cortos y frecuentes que pocos exámenes con mucha materia: además de resultarles más sencillo memorizar todo lo necesario eso les obligará a ir llevando la materia al día.

Justo antes de comenzar el examen:
  • Ubicar al alumno/a cerca del profesor durante la realización del examen: esto nos permitirá poder reconducirlo fácilmente en caso de que fuese necesario.
  • Dar unas instrucciones antes de comenzar explicando como deberán proceder y ampliando el enunciado de algún ejercicio en caso de considerarlo necesario. Es muy importante que en este paso las instrucciones sean claras y concisas.
  • Dar un pequeño tiempo para que el alumno/a reflexione y pueda plantear aquellas dudas que le surjan. En caso de que no pregunten nada, es bueno verificar que el alumno/a entiende aquellos enunciados más enrevesados o aquellas preguntas que no están acostumbrados a elaborar en clase.

Durante la realización del examen:
  • Supervisar que responden a todo antes de entregar el examen, prestando especial atención sobre todo si el examen tiene preguntas por ambas caras.
  • En caso de que el alumno no se concentre, tratar de reconducirlo, suele ser suficiente con tocarle en el hombro para reconducir su atención e indicarle que es lo que tiene que hacer.
  • Si son exámenes largos en los que se puede entretener o bloquear en alguna pregunta podemos optar por ir entregando las hojas a medida que el alumno va haciendo, pautándole un tiempo máximo de realización para cada una de ellas.
  • Cuando paseamos por el aula durante el examen, podemos pararnos en su mesa y preguntar si tiene alguna duda o simplemente animarlo a que continúe porque lo está haciendo bien.

FUENTE

miércoles, 6 de septiembre de 2017

EL DÉFICIT DE HABILIDADES SOCIALES Y LOS PROBLEMAS EMOCIONALES. Los dos aspectos menos conocidos del TDAH


Photo by Alexander Shustov on Unsplash

Todos conocemos, más o menos, algunas de las características que presenta un niño con TDAH: inatención, dificultades para concentrarse, desorganización, exceso de movimiento o impulsividad.
Sin embargo, los niños con TDAH se enfrentan a otro gran reto, relacionado con sus dificultades para regular las emociones y para relacionarse satisfactoriamente.

Russell Barkley, uno de los mayores expertos mundiales en TDAH, ha puesto el énfasis en estos aspectos. Elaboró un modelo de autorregulación emocional en el TDAH que nos ayuda a comprender cómo las personas con TDAH gestionan y regulan sus emociones. Las diferencias con el proceso que siguen las personas que no tienen TDAH son notables, y tienen profundas implicaciones en su vida diaria.

Habilidades Sociales en el TDAH

Las relaciones sociales en los niños con TDAH suelen verse afectadas por su impulsividad, la falta de empatía o capacidad de ponerse en el lugar del otro, el bajo autoconcepto y autoestima, y la inseguridad.

Los niños con TDAH tienen intención social, quieren jugar con otros niños, tener amigos, pero a menudo no saben cómo relacionarse. Pueden ser percibidos como niños torpes, nerviosos, niños que no siguen las reglas de los juegos, que se entrometen en las conversaciones o no saben guardar su turno. Todo esto, a menudo, genera rechazo por parte del resto de niños. Este rechazo, que ellos notan perfectamente, a menudo les conduce a efectuar conductas complacientes, buscando la aceptación del otro: se vuelven sumisos, o tratan de agradar de forma poco acertada a los demás, tratan de llamar la atención con bromas o chanzas que pueden ser provocadoras o de mal gusto. Logran así lo contrario de lo que buscan: el resto del niño los tiene por “pesados”o “payasetes”.

Si algo he podido observar en todos estos años de consulta es la enorme soledad que sufre un niño con TDAH. Incomprendido en casa, donde parece molestar, no dar la talla, no hacer las cosas bien. Fracasando en el colegio, o no obteniendo resultados acordes a sus esfuerzos. Y con relaciones sociales poco satisfactorias, donde sienten que no son aceptados totalmente o que no merecen la amistad de sus compañeros. El TDAH es un trastorno que provoca un gran sufrimiento en el niño. Y si las áreas académicas y comportamentales contribuyen en gran parte a estos males, el área emocional o social lo hace decisivamente.

Los trastornos del estado de ánimo y el TDAH

Un problema muy frecuentemente asociado al TDAH y muchas veces ninguneado son los efectos que tener un déficit de atención con o sin hiperactividad tiene en el estado de ánimo del niño. En una proporción cuatro veces mayor que en niños sin TDAH presentan depresión y ansiedad.

Su autoestima está mermada y suelen tener un autoconcepto negativo, se sienten incapaces, tontos, diferentes... Además, como en muchas ocasiones el rendimiento académico suele ser bajo y no se corresponde con el esfuerzo realizado, desarrollan lo que se llama “indefensión aprendida” (“da igual lo que haga, no me sirve de nada”), pudiendo vérseles desmotivados, frustrados y desinteresados con frecuencia en las tareas académicas.

Por otra parte, una vez están trabajando en psicoeducación y son muy conscientes de sus problemas, desarrollan la metacognición mucho más que otros niños (la conciencia sobre sus propios procesos de aprendizaje). Esto es muy positivo porque les ayuda a regular su conducta, prever fallos, anticipar consecuencias, etc., pero tiene el lado negativo de que aumenta la ansiedad con que viven todo lo relacionado con la escuela. Están más preocupados por los resultados académicos que otros niños, más pendientes de los fallos que hacen, de si se vuelven a equivocar o no en lo mismo, etc. Por lo que son más exigentes consigo mismos y en consecuencia están más ansiosos.

El estado de ánimo deprimido también suele presentarse con frecuencia, relacionado con la autoestima, la ansiedad, los sentimientos de incapacidad y la frustración ante el resultado de sus esfuerzos.

Además, con mucha frecuencia presentan labilidad emocional, irritabilidad, poca tolerancia a la frustración y mayor reactividad, También tienen más dificultades para “desconectar” y pasar de una tarea a otra. Esto está relacionado con un déficit funcional en el sistema de regulación cognitivo-emocional.

El TDAH es un trastorno de gran complejidad y fuertes implicaciones para la vida del niño. Tratar adecuadamente el área comportamental y cognitiva es fundamental, pero no lo es menor dar el apoyo emocional que necesitan.

Úrsula Perona. Psicóloga infantil