TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

miércoles, 31 de octubre de 2012

LA EDUCACIÓN PROHIBIDA. Otra manera de entender la educación




"La Educación Prohibida" es una película documental que se propone cuestionar las lógicas de la escolarización moderna y la forma de entender la educación, visibilizando experiencias educativas diferentes, que plantean la necesidad de un nuevo paradigma educativo.
Este documental es un proyecto realizado por jóvenes que partieron de la visión de quienes aprenden, embarcándose en una investigación que cubre 8 países y realizando entrevistas a más de 90 educadores de propuestas educativas alternativas. La película fue financiada colectivamente gracias a cientos de coproductores y tiene licencias libres que permiten y alientan su copia y reproducción.
"La Educación Prohibida" se propone alimentar y disparar un debate y una reflexión social acerca de las bases que sostienen la escuela, promoviendo el desarrollo de una educación integral centrada en el amor, el respeto, la libertad y el aprendizaje.
Sinopsis
La escuela ha cumplido ya más de 200 años de existencia y aún es considerada la principal forma de acceso a la educación. Hoy en día, la escuela y la educación son conceptos ampliamente discutidos en foros académicos, políticas públicas, instituciones educativas, medios de comunicación y espacios de la sociedad civil. Desde su origen, la institución escolar ha estado caracterizada por estructuras y prácticas que hoy se consideran mayormente obsoletas y anacrónicas y que no acompañan a las necesidades del Siglo XXI. Su deficiencia principal se encuentra en un diseño que no considera la naturaleza del aprendizaje, la libertad de elección o la importancia que tienen el amor y los vínculos humanos en el desarrollo individual y colectivo.
A partir de estas reflexiones críticas han surgido, a lo largo de los años, propuestas y prácticas que pensaron y piensan la educación de una forma diferente. “La Educación Prohibida" se propone explorar sus ideas y visibilizar aquellas experiencias que se han atrevido a cambiar las estructuras del modelo educativo de la escuela tradicional.
La película recoge más de 90 entrevistas a educadores, académicos, profesionales, autores, madres y padres; un recorrido por 8 países (Iberoamérica y España), pasando por 45 experiencias educativas no convencionales; más de 25.000 seguidores en las redes sociales antes de su estreno y un total de 704 coproductores que han participado en su financiación colectiva, han convertido a “La Educación Prohibida” en un fenómeno único. Un proyecto totalmente independiente, que da cuenta de la necesidad latente del crecimiento y surgimiento de nuevas formas de educación.
FUENTE:

jueves, 25 de octubre de 2012

IMPULSIVIDAD Y TDAH 2: estrategias para el autocontrol



ESTRATEGIAS
Recordar que la impulsividad como rasgo de temperamento puede deberse, en parte, a predisposiciones genéticas, pero la propia experiencia vital del niño y las condiciones de su entorno determinarán la intensidad, frecuencia y forma en la que finalmente se expresa. Un ambiente familiar tranquilo y colaborador es el mejor aliado para corregir conductas. 
Ante las manifestaciones impulsivas (rabietas, gritos, lloros, etc.)  de los más pequeños (hasta 5 ó 6 años), deberemos aplicar la retirada de atención física y afectiva y, si procede (según intensidad o características del episodio), aplicar algún correctivo. No basta con saber establecer límites o castigar, sino que, además, tendremos que completar el trabajo con ejercicios de vinculación afectiva, como leerles cuentos, efectuar ejercicios de relajación por la noche antes de dormir, etc. En estos momentos es cuando podemos razonar con ellos y analizar lo que ha pasado, de manera acorde a la edad y capacidad del niño. A los más pequeños les costará entender los razonamientos basados en la lógica o moral adulta, por tanto, habrá que evitar excesivas explicaciones.
Es importante, también, que empecemos a trabajar con ellos las sensaciones internas que preceden a las manifestaciones impulsivas. Si el niño va tomando conciencia de ello, podrá más fácilmente técnicas de autocontrol en el futuro. Dicho de otra forma: si el niño logra detectar su estado de activación fisiológica previa al episodio disruptivo, podrá poner en marcha alguna de las estrategias incompatibles con el estallido impulsivo y, por tanto, evitar su manifestación. A continuación, veremos algunas formas de hacerlo. 
EL VOLCÁN

Muchos niños identifican la sensación que viven, justo antes de “explotar”, como una especie de calor interior intenso e incontrolable, acompañado de fuertes emociones que no pueden reprimir y que preceden. Irremediablemente. al episodio disruptivo. 
Una buena estrategia para que el niño empiece a tomar conciencia del problema y pueda comenzar a controlarlo, consiste en hacerle visualizar todo el proceso en forma de imágenes. Podemos ayudar al niño a imaginarse que en su interior hay un volcán que representa toda su fuerza y energía, pero que a veces, se descontrola y se produce la erupción. Cuando empieza a enfadarse, el volcán (que estaría situado de forma imaginaria en la zona del estómago) se calienta y empieza a producir lava ardiente hasta el punto que, si no lo controlamos, estalla. 
De lo que se trata es de ayudar al niño a que identifique las propias sensaciones internas previas al estallido y, así, poder controlarlo.
Una vez que el niño se ha ido familiarizando con estas sensaciones podemos motivarle a que ponga en marcha recursos para parar el proceso. 
Debemos, pues, encontrar también cuáles son las estrategias que funcionan mejor con cada niño a la hora de hacer frente a la impulsividad y de  autocontrolarse. Hay estrategias muy simples que consisten en enseñarle a que, cuando note la activación, intente respirar varias veces profundamente, al tiempo que se da interiormente autoinstrucciones (Para, Stop, Tranquilizate, Controlate, etc.). Esta técnica suele ser muy eficaz si, además, hemos trabajado con el niño alguna técnica de relajación.
Es probable que a los niños muy impulsivos les cueste cierto tiempo y práctica desarrollar estos hábitos. En estos casos, podemos darles también la instrucción de que cuando se noten muy activados intenten separarse físicamente de la situación como método para tratar de evitar el episodio (apartarse de un niño que le insulta, irse a su habitación cuando están enfadados, etc.). Todo ello debe llevarse a cabo bajo supervisión del adulto y teniendo en cuenta la edad del niño. Los niños más pequeños (menos de 5 años) tendrán más dificultades para trabajar con autoinstrucciones. 
EL SEMÁFORO

Uno de los problemas recurrentes que nos encontramos cuando trabajamos con niños impulsivos y/o hiperactivos es que no son conscientes de su estado de activación y eso les conduce irremediablemente al conflicto. Esto es especialmente problemático en la escuela o con los amigos. 
Una estrategia que suele funcionar es la técnica del semáforo. La estrategia es simple: se trata de avisar al niño (proporcionarle feedback) cuando está empezando a activarse. 
Asociar los colores del semáforo con las emociones y la conducta:
  • ROJO = PARAR. Cuando no podemos controlar una emoción (sentimos mucha rabia, queremos agredir a alguien, nos ponemos muy nerviosos…) tenemos que pararnos como hace un coche cuando se encuentra con la luz roja del semáforo.
  • AMARILLO = PENSAR. Después de detenernos, es el momento de pensar, de ser conscientes de cuál es el problema que se nos está planteando y de cómo nos sentimos.
  • VERDE = SOLUCIONAR. Si nos damos un tiempo para pensar, pueden surgir alternativas o soluciones al conflicto o problema. Es la hora de elegir la mejor solución.
Para asociar las luces del semáforo con las emociones y la conducta se puede realizar un mural con un semáforo y los siguientes pasos:
Luz Roja:
    1- ALTO, tranquilízate y piensa antes de actuar
Luz Amarilla:
    2- PIENSA soluciones o alternativas y sus consecuencias
Luz Verde:
    3- ADELANTE, pon en práctica la mejor solución
Esta técnica es muy efectiva cuando se trata de niños con necesidades educativas especiales.
En la escuela, con niños/as más mayores, puede ser más adecuado utilizar como señal de aviso (en lugar del color amarillo) algún movimiento concreto del maestro/a. Este método es más discreto y tiene la ventaja que suele pasar desapercibido por el resto del grupo. Por ejemplo: “Cuando veas que te miro y doy dos golpecitos con mi bolígrafo o cuando me toque la nariz...", etc.” 
Lo importante aquí es trabajar en la identificación de las sensaciones previas a las conductas impulsivas y fomentar en el niño su reconocimiento como paso previo a la incorporación de recursos de autocontrol. Si el niño ha trabajado paralelamente alguna técnica de relajación o estrategia alternativa de afrontamiento, podrá intentar ponerla en marcha cuando note la activación o se le avise de ella. Por ejemplo, podemos (según edad y características del niño) enseñarle a que cuando se note activado procure respirar profundamente, al tiempo que se da autoinstrucciones: “tranquilo”, “cálmate”, etc.

En casos de niños especialmente conflictivos podemos darles instrucciones para que se separen físicamente de la situación o vayan fuera a un espacio abierto. Es necesario adaptar estas pautas a las circunstancias del niño y, en su caso, a la de los centros escolares.

La técnica del semáforo es muy adecuada también para utilizarla en dinámicas grupales en las que todos los niños reciben las instrucciones, consiguiendo así una cierta autorregulación del grupo en casos en los que haya riesgo de conflicto.
Se pueden colocar semáforos en diferentes lugares del colegio/hogar como estímulos discriminativos; de esa manera se harán conscientes de que deberán pararse, pensar y solucionar pacíficamente sus conflictos, o mejorar su estado emocional.
CANALIZAR LA ENERGÍA


La impulsividad puede interpretarse como un estado de activación, que nos prepara, a nivel orgánico, para una respuesta inmediata, ante una situación que no toleramos o interpretamos como hostil a nuestros intereses o hacia nosotros mismos.
No obstante, esta pronta activación, puede ser especialmente útil si se canaliza en forma de actividades reguladas.
Podemos comenzar pidiendo a los niños que hagan una lista de comportamientos alternativos para calmarse en una situación conflictiva. Lo normal es que surjan diferentes posibilidades: distanciarse físicamente de la situación (alejarse del lugar, no volver hasta estar tranquilo), distanciarse psicológicamente (respirar profundamente, hacer un rápido ejercicio de relajación, pensar en otra cosa), realizar alguna actividad distractora (contar hasta 10, pasear, hablar con un compañero) etc.
Una vez que los niños se dan cuenta de que existen muchas maneras de pararse y calmarse, es el momento de ver cuáles son las mejores para cada uno.
Como padres o educadores, podemos ayudar en esta fase proponiendo alternativas educativas que no se hayan planteado, por ejemplo, respuestas incompatibles a “llegar a las manos”, como: cruzar los brazos, alejarse rápidamente del lugar, meter las manos en los bolsillos, etc.)
HACER PRÁCTICAS DE AUTOCONTROL A TRAVÉS DEL ROLE-PLAYING:
El profesor  y los compañeros o los padres servirán de modelo de conductas de autocontrol y el niño tendrá ocasión de verse en una situación en la que tiene que poner en práctica lo aprendido.
PRACTICAR DEPORTE
Los niños impulsivos pueden aprender a canalizar esta activación para potenciar sus destrezas en cualquier actividad deportiva. Las artes marciales que combinan concentración y despliegue de fuerza inmediata pueden ser especialmente útiles para aprender a controlar la impulsividad (salvo en el caso de niños que, además, presenten un componente antisocial o de agresividad con las personas).
Entre nuestros deportistas de élite se encuentran numerosos jóvenes diagnosticados de TDAH en la infancia.
En definitiva, cualquier práctica deportiva es especialmente útil en estos niños y nos ayudará a regular su comportamiento. 
LA RELAJACIÓN
Uno de los mejores aliados en nuestra lucha por ayudar a los niños impulsivos lo constituyen, sin duda, los diferentes métodos de relajación. Podemos utilizar técnicas adaptadas a las diferentes edades y necesidades.
Las emociones intensas, especialmente las negativas (ira, agresividad, estrés, etc.) cursan con un alto nivel de actividad fisiológica. Por el contrario, los estados de tranquilidad, caso de la relajación, el nivel de activación fisiológica se supone mínimo, siendo la activación del sistema nervioso parasimpático su principal mecanismo de acción.
Técnicas de relación Jacobson:
Jacobson descubrió que, tensando y relajando sistemáticamente varios grupos de músculos y aprendiendo a atender y a discriminar las sensaciones resultantes de la tensión y de la relajación, se pueden eliminar, casi completamente, las contracciones musculares y experimentar una sensación de relajación profunda.
Lo que se pretende es obtener la relajación local de cualquier grupo muscular en dos momentos:
Tensar, provocando expresamente la tensión, activando y contrayendo las fibras musculares.
Relajar, desactivando al máximo esa posible tensión provocada, produciéndose la relajación.
Esta relajación debe ser un proceso progresivo de activación y desactivación de todos los músculos del cuerpo, siguiendo un orden:
  • Cara (ojos, boca, frente), cuello y nuca.
  • Brazos (hombros, brazos, antebrazos, muñecas y dedos).
  • Piernas (pies, tobillos, gemelos, muslos y nalgas).
  • Tronco (espalda, estómago y tórax).
Ejemplo:
Cara: cerramos fuerte los ojos y contamos hasta 8, después, relajamos. Después, apretamos la boca, contamos hasta 8 y relajamos. A continuación, fruncimos la frente, contamos hasta 8 y relajamos. Y así, con el resto de las partes del cuerpo.
EJERCICIOS PARA POTENCIAR EL APRENDIZAJE
El niño impulsivo no sólo presentará problemas en su conducta sino que su perfil de funcionamiento le acarreará dificultades en aquellas tareas que requieren de atención sostenida (lectura) o coordinación visomotriz fina (escritura).

Por tanto, resulta de suma importancia trabajar, también desde casa, con ejercicios para mejorar estos aspectos. Recomendamos ejercicios de papel y lápiz (según la edad), como el pintado de mandalas, los laberintos, ejercicios de discriminación de las diferencias, etc. En el siguiente enlace encontraremos numerosos recursos para trabajar la atención y la impulsividad:
También, podemos trabajar con diferentes juegos en el ordenador, siempre y cuando la actividad priorice la atención sostenida y la organización del material presentado visualmente bajo algún criterio antes de efectuar la respuesta. Es decir, no nos interesan los juegos demasiado movidos o que priorizan los reflejos visuales más que los racionales. El niño primero debe pensar y organizar antes de ejecutar la respuesta (demora de la respuesta = control de la impulsividad).
Otro recurso que nos puede ayudar son los juegos de mesa. Se recomiendan especialmente el juego de Damas y el Ajedrez. En ambos, es necesario pensar antes de responder (lo contrario a la impulsividad). Además, los niños, deben situarse en unas coordenadas espaciales para mover las fichas, lo que incrementa su capacidad visomotriz.
Finalmente, señalar un último recurso que podemos aplicar en casa para ayudar a los niños que tienen dificultades con la grafía o la escritura. Frecuentemente, el niño impulsivo, presenta dificultades para escribir correctamente y suele agrandar la escritura o deformarla significativamente, con escaso control sobre las coordenadas espaciales. En estos casos, podemos trabajar con el niño utilizando los mandalas, laberintos u otros pero teniendo especial cuidado en que primero aprenda a relajar el brazo y la mano. El niño impulsivo cuando coge el lápiz lo hace de forma rígida y suele tensar todo el brazo. Deberemos darle instrucciones para que, antes de empezar a dibujar o escribir, el brazo deje de estar tenso. Para ayudarle podemos, por ejemplo, decirle que deje el brazo completamente muerto (podemos alzárselo con nuestra mano e indicarle que cuando soltemos, el brazo debe caer a plomo. Si es así, el brazo está relajado). Una vez relajado podemos situar nuestra mano encima de la suya y ser nosotros los que vayamos escribiendo (dibujando o coloreando) al tiempo que el niño procura seguir teniendo el brazo relajado. Una vez más, lo importante es que el niño vaya discriminando entre tensión y distensión (activación versus relajación). 
FUENTES:
https://docs.google.com

miércoles, 17 de octubre de 2012

IMPULSIVIDAD Y TDAH


La impulsividad es un rasgo del temperamento (niños) o personalidad (adultos) que ha estado presente, en un u otro grado, a lo largo de toda la evolución del ser humano aunque, no siempre, deberíamos atribuirle directamente una connotación negativa o improductiva.
Hoy en día, es verdad que la impulsividad en muchos niños se manifiesta con una gran intensidad y frecuencia, llegando a alterar la convivencia y condicionar la vida de los padres que la sufren, sobre todo, si se desconocen los motivos y la forma correcta de actuar. Es un hecho evidente que, además, la impulsividad parece manifestarse en niños cada vez más pequeños, si bien, esto puede atribuirse, en parte, a los actuales estilos de vida modernos (progenitores con largas horas de trabajo) y también, en algunos casos, a una falta de recursos o conocimientos por parte de los padres o educadores que simplemente se ven desbordados y no saben cómo afrontarlo. Por ello, es cada vez más frecuente, buscar ayuda profesional, ya que los niños que presentan series dificultades para reprimir sus impulsos tienen numerosos conflictos tanto en el ámbito familiar como en el escolar. 
Normalmente, la impulsividad suele venir acompañada de hiperactividad y déficit de atención en lo que denominamos TDAH y esto puede ser la antesala de problemas de aprendizaje, conductas disruptivas y, más adelante, agresivas o delictivas.
EL NIÑO IMPULSIVO 
Éstas son algunas de las características nucleares que presentan los niños que denominamos “impulsivos”:
  • Primero hace, luego piensa.
  • Contesta antes de acabar de oír la pregunta.
  • Dificultades para aguardar el turno en los juegos.
  • Mal perder. No soporta que le ganen.
  • Interrumpir o estorbar a los demás.
  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Poco autocontrol.
  • Desobediencia, negativismo.
  • El niño reconoce su problema pero no puede controlarlo y reincide.
  • Puede involucrarse en actividades físicas peligrosas sin valorar sus consecuencias.
  • En niños pequeños, se dan fuertes rabietas incontroladas.
Algunos padres simplemente definen al niño impulsivo, como un niño que tiene un fuerte carácter o temperamento.
La impulsividad, como parte nuclear del TDAH o como factor psicológico independiente, precisa de un tratamiento más detallado y de un abordaje más explícito. Las razones son obvias: la impulsividad tiene repercusiones directas sobre las interacciones familiares, pudiendo alterar el desarrollo adecuado de vinculación afectiva y el equilibrio emocional. También deteriora seriamente la capacidad de aprendizaje del niño y su buena adaptación a la escuela y compañeros. Finalmente una impulsividad no trabajada a tiempo y que se manifiesta en un entorno desestructurado, es el camino más directo para conductas violentas o delictivas en el futuro.
Hablaremos aquí de la impulsividad desde su manifestación en niños de población normal o con algún diagnóstico de TDAH y, en ningún caso las manifestaciones de impulsividad debidas a otros trastornos clínicos más severos (autismo, psicosis, trastorno bipolar, etc.).
APROXIMACIÓN A LA IMPULSIVIDAD
Podríamos definir la impulsividad como un estado de activación neurobiológica o déficit de control inhibitorio (dificultad para parar nuestra conducta).
Ambos términos ponen de relieve la más que posible mediación de factores orgánicos en la génesis de la impulsividad. Esta activación supone la liberación de una serie de sustancias internas (neurotransmisores, hormonas) que preparan al cuerpo para una reacción motriz inmediata. Es una energía que está ahí y debe “liberarse” de alguna manera. Las más habituales (según edad): las rabietas, los gritos, las huidas, etc.
Regularmente los niños con TDAH o, simplemente, con síntomas de impulsividad, tienen antecedentes familiares de primer grado que manifestaron o manifiestan el mismo problema. Por tanto, la vía genética o herencia determina cierta predisposición a manifestar los síntomas en hijos de padres también con caracteres fuertes, impulsivos o con poca tolerancia a la frustración. 
Pero la impulsividad no es tan sólo un factor que podemos heredar sino también una manifestación cognitiva y conductual que puede potenciarse o disminuir en función del entorno
Es importante establecer la diferenciación entre una impulsividad primaria de la secundaria: 
  • En la impulsividad primaria, ésta estuvo presente desde el mismo momento de nacer el niño, si no antes (excesivos movimientos fetales) y es la que suele tener un componente genético más evidente. 
  • La secundaria aparece o se potencia en un momento dado del desarrollo normalmente asociado a factores de inestabilidad afectiva, cambios imprevistos, traumas, separaciones, etc. El peor de los escenarios es cuando un niño genéticamente predispuesto para ser impulsivo tiene, a su vez, un entorno poco acogedor o desestructurado.
Parecería que la impulsividad es algo no deseable y que, en todo caso, comporta sólo problemas. Este planteamiento es muy simple y no obedece a la realidad de un tema mucho más complejo. Hoy en día sabemos que muchos de nuestros mejores atletas fueron de pequeños diagnosticados, en un grado u otro, de hiperactivos, con déficit de atención, impulsivos, etc. La cuestión es que cuando esa energía desbordante de fácil activación fue canalizada hacia actividades deportivas u de otro tipo reguladas, se convirtió en un buen aliado.

La impulsividad, pues, entendida como estado de activación inmediato, nos aporta combustible para responder de forma rápida (aunque normalmente poco racional) a nivel motriz. Esto no es casual. Si está en los genes de los seres humanos es porque, en algún momento de nuestro período evolutivo, fue una característica positiva para la supervivencia de la especie.
Imaginémonos los tiempos remotos de vida en las cavernas y los pocos recursos para afrontar un medio ambiente hostil con numerosos enemigos y animales dispuestos a atacarnos. En este medio es muy probable que supervivieran mejor los seres humanos con unas capacidades de “impulsividad” (activación rápida y potente) y, por tanto, de afrontar o huir de la situación con éxito, frente a los que eran más tranquilos. Es decir, la impulsividad pudo obedecer a factores de supervivencia en algún momento.
No obstante, la genética no va tan rápido como los cambios culturales de la especie. La programación genética de algunos niños sigue preparada para responder contundentemente a cualquier tipo de agresión percibida, no obstante, hoy en día, lo que se espera de ellos es precisamente lo contrario: racionalidad, tranquilidad, paciencia, atención, etc., especialmente en la escuela.
ALGUNAS EXPLICACIONES NEUROLÓGICAS
En psicología se utiliza un término hipotético denominado “arousal” que trata de describir los procesos que subyacen en el control de la alerta, la vigilia y la activación. 
El concepto de arousal admite varios significados. Así se habla de arousal comportamental para significar lo mismo que nivel de actividad. Pero se puede hablar también de arousal cortical, en cuyo caso la referencia es a la activación de las neuronas corticales a través del Sistema Activador Reticular (SAR) e implicaría también la activación autónoma. Sin entrar en más tecnicismos, lo que nos interesa resaltar ahora es que los fármacos estimulantes normalmente incrementan tanto el arousal comportamental como el fisiológico. Sin embargo, en muchos hiperactivos (y/o impulsivos) producen un descenso en su nivel de actividad, porque, por paradójico que parezca, están reduciendo tanto el arousal conductual como el fisiológico. Según algunos investigadores (Mc. Mahon, 1984) la explicación reside en que los niños con TDAH se benefician de los efectos de los estimulantes dado que son deficitarios en el arousal cortical y autónomo. Por tanto, la hipótesis planteada es que la disfunción primaria hallada en niños impulsivos y/o hiperactivos se debería a una infraactivación del SAR más que a una sobreactivación.
Por otro lado se conoce el importante papel que tienen los lóbulos frontales como reguladores y organizadores del lenguaje y, por consiguiente, de los actos voluntarios del individuo. Los mecanismos fisiológicos responsables de esos actos están aún lejos de ser descubiertos pero se sabe que maduran en el niño “normal” hacia los cuatros años de edad.
Respecto a la regulación motora y de la acción por parte de los lóbulos frontales, Luria subrayó su importante papel en la programación de las formas más complejas de actividad humana organizada, inhibiendo las acciones irrelevantes e inapropiadas ( Luria, 1980).
Resumiendo, una baja activación del SAR o una lesión en lóbulos frontales pueden ser algunos de los factores relevantes en la génesis de la sintomatología impulsiva y/o hiperactiva. En el primer caso, baja activación del SAR, la medicación (normalmente metilfenidato) podría compensar parcialmente el déficit.
Hemos también comentado la activación fisiológica que se produce en los brotes impulsivos como consecuencia de la activación del sistema autónomo. En estos episodios se producen cambios endocrinos y secreciones hormonales que preparan al cuerpo para responder ante lo que el niño percibe como una amenaza inminente (puede ser simplemente que se le frustre en alguna de sus demandas).
Otro elemento importante en el nivel de activación lo constituye la forma en que el niño percibe la situación a nivel emocional. Elevados niveles de adrenalina y noradrenalina en sangre y orina aparecen antes y después de sucesos estresantes o enérgicos que cursan con gran carga emocional e incluso agresión. 
Es decir, cuando el niño con impulsividad, se ha activado, difícilmente tendrá el control voluntario sobre sus actos en los primeros momentos de mayor activación. 
ORIENTACIONES GENERALES PARA SU REGULACIÓN 
En primer lugar, debe quedar claro que el niño tiene dificultades para regular su estado de activación. Por eso siempre suelo recordar que: “No es tanto que no quieran autocontrolarse sino que no pueden”. Una vez activados (descargas hormonales conjuntamente con emociones intensas de frustración) tienen que efectuar alguna acción (rabietas, huída, agresión, lanzamiento objetos, etc.). Ello no quiere decir que seamos tolerantes, sino que desde la comprensión de lo que pasa podemos ayudarle de forma más eficaz. A este respecto, hay que señalar, que la mayoría de niños impulsivos suelen arrepentirse después y se comprometen a no volver a hacerlo cuando se lo razonamos. No obstante, vuelven a recaer en los mismos comportamientos disruptivos,  al tiempo que manifiestan una cierta perplejidad o inquietud al verse superados por sus propios actos y no saber por qué vuelve a ocurrir.
También puede suceder que estos episodios impulsivos se refuercen si con ellos el niño consigue lo que quiere y, por tanto, puede aprender a manipularnos a través de ellos.
El niño debe aprender, aunque aceptemos el hecho de que tiene dificultades para controlarse, que sus actos tienen consecuencias. Por ello, contingentemente a las rabietas, conductas desafiantes, agresiones u otros, deberemos ser capaces de marcar unas consecuencias inmediatas (retirada de reforzadores, tiempo fuera, retirada de atención, castigo, etc.). Por ejemplo si ha lanzado objetos, deberá recogerlos y colocarlos en su lugar; si ha insultado deberá pedir disculpas, etc., aunque se recomienda esperar a que se tranquilice para aplicar las contingencias marcadas.
Es muy importante que cuando se produzca un episodio de impulsividad extrema (rabieta, insultos, etc.) los padres, maestros o educadores mantengan la calma. Nunca es aconsejable intentar chillar más que él o intentar razonarle nada en esos momentos. No vale enfrentarse ni ejercer una lucha de poder. Esto complicaría las cosas. Tenemos que mostrarnos serenos y tranquilos pero, a la vez contundentes y decididos. Por ejemplo, ante las rabietas incontroladas de los más pequeños, decirle: “Mamá (o papá) están ahora tristes con tu comportamiento y no queremos estar contigo mientras estés así”. Los padres se retiran buscando una cierta distancia física pero también afectiva. De esta forma, el niño, recibe a nivel inconsciente un mensaje muy claro: “así no vas a conseguir las cosas”.
Contingentemente a estas actuaciones, también podemos introducir las medidas correctoras (castigo): “Cómo has insultado a papá (o mamá) hoy no podrás ver los dibujos que tanto te gustan (o no jugarás a la play, etc.). Papá está triste porque no quiere castigarte, pero tiene que hacerlo para ayudarte a mejorar”.
No entrar en más discusiones o razonamientos en el momento de activación por parte del niño.
Nunca decirle que es malo sino que se ha portado mal durante unos momentos y que eso puede arreglarlo en un futuro si se empeña en ello. Tampoco hay que compararlo con otros niños que son más tranquilos y se portan bien. En todo caso, debemos recordarle los aspectos positivos que tiene al mismo tiempo que le señalamos los que debe corregir.
Hay que insistir en la necesidad de mostrarnos tranquilos delante del niño cuando queramos corregir sus actos. Si éste percibe en nosotros inseguridad o discrepancias entre los padres u otros, percibirá que tiene mayor control sobre nosotros y las rabietas u otras se incrementarán. Nunca debe vernos alterados emocionalmente (chillando, llorando o fuera de control). Tampoco debe cogernos en contradicciones, es decir, no podemos pedirle a gritos a un niño impulsivo que se esté quieto y callado.
No basta con saber contestar adecuadamente a sus conductas impulsivas. Estos niños requieren también que les expliquemos qué es lo que les pasa y qué puede hacer. Las reflexiones sobre los hechos nunca deben ser hechas en caliente sino en frío cuando las cosas se han tranquilizado. Un buen momento es por la noche antes de acostarse.
FUENTE:

martes, 9 de octubre de 2012

LA RIOJA PRESENTA EL PROTOCOLO DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA PARA EL TDAH


El consejero de Educación, Cultura y Turismo de la Rioja, Gonzalo Capellán, acompañado del director general de Educación, Abel Bayo, y de la presidenta de ARPANIH, Josefina Rodríguez, ha presentado el pasado 2 de octubre el protocolo de intervención para alumnado con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Gonzalo Capellán ha destacado que es “imprescindible detectar este trastorno a la edad más temprana posible para poder ayudar al alumno cuanto antes y poner en marcha este mecanismo que le proporcionará un apoyo y minimizará los trastornos que le pueda ocasionar”.
Además, ha subrayado que el objetivo del protocolo es reducir el fracaso escolar, los trastornos en el lenguaje o en la lectura, así como mejorar las habilidades académicas, la motivación y la autoestima de los alumnos desde pequeños, dando respuesta a las necesidades de todos los alumnos del sistema y de manera similar en todos los centros.
En La Rioja se ven afectados por este problema alrededor del 5% de los alumnos, y “dada su enorme repercusión escolar y de adaptación, es necesario aportar una respuesta educativa específica y diferenciada en la que se involucren profesores, centros educativos, orientadores y familias”, ha destacado Gonzalo Capellán.
Los alumnos con TDAH suelen presentar deficiencias en la atención, así como impulsividad y un excesivo grado de actividad, como reflejo de una disfunción cerebral, que puede detectarse con claridad a partir del inicio de la Educación Primaria o incluso antes.
Este protocolo ha sido elaborado por los técnicos de Atención a la Diversidad de la Dirección General de Educación del Gobierno de La Rioja, contando con la colaboración de los orientadores de los Centros Educativos de La Rioja, de la Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos (ARPANIH), y del Servicio Riojano de Salud (Unidad de Neuropediatría).
Capellán ha reconocido que, debido a la crisis económica, hay menos recursos, pero hay “voluntad” y, además, cree que la mejora del sistema educativo no se verá afectada por la limitación de los recursos, de lo que es un ejemplo este protocolo.
La presidenta de ARPANIH ha destacado la importancia del proyecto, ya que es una herramienta útil para la actuación de los centros y del profesorado, a cuya colaboración ha apelado para “sacar adelante” a los alumnos afectados por este trastorno, el cual es un “reto” para sus familias. Rodríguez ha pedido que el sistema educativo “no tire la toalla” con este trastorno, dado que hay tratamiento y ha insistido en que es clave la formación del profesorado para tratar el TDAH.
FUENTES:

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EDUCATIVA PARA EL TDAH EN CATALUÑA


Los profesores catalanes deberán aplicar un nuevo protocolo en los alumnos con déficit de atención.

BARCELONA, 5 (EUROPA PRESS)
Los profesores catalanes dispondrán en los próximos días de un nuevo protocolo elaborado por la Conselleria de Enseñanza de la Generalitat para tratar adecuadamente a los alumnos con Trastornos de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una patología que afecta a entre un 3% y un 7% de la población escolar catalana.
Según ha expuesto la consellera Irene Rigau en la IV Jornada de TDAH en Barcelona organizada por la asociación TDAH Catalunya, este protocolo se enviará a las escuelas y se publicará una orden para que todos los colegios estén informados y sujetos a este protocolo, además de publicarse en pocos días en el Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya (Dogc).
La guía para los profesores irá acompañada de esta orden en el Dogc, precisamente, "para dar naturaleza de instrucción a los centros de obligado cumplimiento", ha asegurado Rigau.
El protocolo es un manual pensado para que los profesores sean "médicos de cabecera" de estos alumnos y puedan afrontar y gestionar las clases con estos alumnos y las reuniones con sus familiares, además de ser una herramienta para su diagnóstico y su tratamiento.
Este documento pone a disposición de los profesores una serie de herramientas, como una pauta con todos los síntomas que puede presentar el alumno, así como unas tablas para que el maestro indique su grado de afectación.
Este trabajo de observación debe servir posteriormente a las familias y a los médicos que tratan a estos alumnos, quienes recibirán los documentos elaborados por los profesores con el detalle de la manifestación de estos síntomas.

INTERVENCIÓN

Asimismo, los docentes también contarán con una pauta de intervención para acertar al máximo las necesidades de estos alumnos y recomendar, en casos necesarios, su atención en el Suport Educatiu Personalitzat (SEP) --una especie de horas de refuerzo extraescolares--.
El protocolo aborda los detalles sobre los tratamientos farmacológicos de estos alumnos, que actualmente siembran disconformidades en el seno educativo.
"Los profesores podrán informar a las familias con criterios objetivos sobre los tratamientos", ha explicado Rigau, preocupada por que los docentes puedan responder a los padres con corrección.
Otros ítems como la gestión del aula, el seguimiento de los alumnos y la colaboración con las familias también figuran en este documento.
Esta documentación para los profesores, que también estará disponible en línea, incluirá una extensa bibliografía para que quienes deseen ampliar sus conocimientos sobre el TDAH puedan hacerlo.

domingo, 7 de octubre de 2012

EL 20% DE LOS PACIENTES CON UNA ADICCIÓN PADECE UN TDAH SIN DIAGNOSTICAR


El diagnóstico correcto del TDAH en la infancia puede evitar el desarrollo de adicciones. 
Los avances neurocientíficos han cambiado la forma de entender las adicciones a través del concepto de Patología Dual, que las vincula a otras enfermedades mentales.


04 de octubre de 2012
El 20% de los españoles en tratamiento por una adicción –caso de la ludopatía– o una toxicomanía –como el abuso del alcohol o las drogas– son en realidad adultos con un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no correctamente diagnosticado.
De hecho, y como han puesto de manifiesto los especialistas participantes en el simposio ‘¿Permite la Patología Dual repensar las adicciones?’, desarrollado en el XVI Congreso Nacional de Psiquiatría, (25 - 28 septiembre 2012. Bilbao) el diagnóstico correcto del TDAH en la infancia puede evitar, muy probablemente, el desarrollo de futuras adicciones. Durante el mismo, los miembros de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) han analizado el cambio que supone la consideración de las adicciones como el fracaso de los sistemas y circuitos cerebrales, en lugar de "un secuestro del sistema de recompensa cerebral por una droga", como hasta ahora se había formulado. "En este contexto, se puede volver a reformular, por ejemplo, la relación entre la psicosis o el TDAH con las drogas de abuso", comenta el Dr. Néstor Szerman, presidente de la SEPD. Los avances neurocientíficos han cambiado la forma de entender las adicciones a través del concepto de Patología Dual, que las vincula a otras enfermedades mentales. "Es por ello que insistimos en la necesidad de repensar la patología dual (un adicción y otro trastorno mental) y de comprenderla como un fracaso de sistemas neurobiológicos, en lugar de neuroadaptativos/neurodegenerativos, algo que podría ayudar a reorientar la aproximación terapéutica de estos pacientes, desarrollando intervenciones más ajustadas según estos nuevos conocimientos", apunta Szerman.
En palabras del Dr. José Martínez Raga, psiquiatra del Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia, “lo que sucede en las personas con TDAH es que presentan alteraciones neurobiológicas que les conducen a las drogas, lo que posibilita aun más el fracaso de su integración social“.
Patología Dual en TDAH
En la actualidad, en torno a un 6-7% de la población infantil y un 3% de los adultos de todo el mundo padece TDAH. Sin embargo, menos de un 1% de los adultos están diagnosticados y reciben tratamiento.
Como explica el Dr. Martínez Raga, “es muy importante que los propios clínicos estén concienciados sobre la necesidad de un diagnóstico correcto y un tratamiento adaptado a las necesidades del paciente, en especial en los niños con TDAH, cuyo riesgo de desarrollar un abuso de sustancias se duplica frente a aquellos que no lo padecen”.
De hecho, numerosos estudios han confirmado que el TDAH es un factor de riesgo para el abuso de sustancias tóxicas. “Y si, además, coexiste con otras patologías, como los trastornos de la conducta, aumenta el riesgo: se favorece un consumo precoz de tabaco y otras sustancias, la progresión a la adicción es más rápida y la evolución global es peor”, concluye el Dr. Martínez Raga.
Psicosis y drogas
Los pacientes que padecen un trastorno psicótico, caso de la esquizofrenia, también presentan una mayor vulnerabilidad para el desarrollo de una adicción. Como apunta el Dr. Carlos Roncero, psiquiatra del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona, “cerca de la mitad padece problemas de abuso y dependencia de una o más drogas; si hablamos del tabaco, el porcentaje de adictos alcanza el 90% de los casos“.
De la misma manera, los pacientes que consumen drogas desarrollan con gran frecuencia síntomas de tipo psicótico –entre otros, alucinaciones y delirios–, vinculados muy especialmente a los psicoestimulantes como la cocaína y las metanfetaminas. “Diversos estudios internacionales han señalado que entre el 50% y el 70% de los pacientes con dependencia a la cocaína experimentan alucinaciones o ideas delirantes transitorias; y la presencia de esos síntomas se asocia a mayor riesgo de conductas disruptivas o violentas“, recuerda el Dr. Roncero.
De hecho, en la actualidad se desconoce si es el consumo de drogas lo que produce los episodios psicóticos o, por el contrario, si son los trastornos mentales los que provocan el abuso de sustancias. Tal y como apunta el Dr. Roncero, “muchos pacientes alivian determinados síntomas con las drogas, cuando se asocian las dos situaciones la enfermedad tiene peor pronóstico y la evolución es más complicada”.
FUENTE:
http://www.somospacientes.com/noticias/avances/el-20-de-los-pacientes-con-una-adiccion-padece-un-tdah-sin-diagnosticar/

sábado, 6 de octubre de 2012

V SEMANA EUROPEA DE SENSIBILIZACIÓN Y DÍA MUNDIAL DE SENSIBILIZACIÓN SOBRE EL TDAH


La Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH) viene celebrando, desde 2008, la Semana Europea de Sensibilización sobre el TDAH, patrocinada por ADHD Europe, de forma coordinada con los restantes países miembros de esta organización. Este año 2012, se celebra la V Semana, entre el 30 de septiembre y el 7 de octubre.


En la celebración de las “Semanas Europeas de Sensibilización”, las asociaciones y fundaciones integradas en la FEAADAH llevan a cabo actividades de carácter lúdico, formativo y reivindicativo, centradas en la difusión de la problemática del TDAH en sus diferentes ámbitos territoriales, autonómico, provincial y local, con la coordinación y el soporte de la Federación Española y ADHD Europe (Red europea interdisciplinar para el TDAH). Las actividades de formación y sensibilización integran escuelas de padres, jornadas de puertas abiertas, conferencias en centros educativos, exposiciones de trabajos realizados por escolares afectados por el TDAH, entrevistas con representantes de grupos políticos, etc.
Por su parte, la FEAADAH organiza directamente, de forma conjunta con su Asamblea Anual, las actividades de alcance estatal. Estas actividades incluyen la presentación a los medios de comunicación de las reivindicaciones de los familiares y afectados por el Trastorno y la celebración de unas Jornadas de Encuentro de las asociaciones y fundaciones que la componen, que sirve como actividad formativa y plataforma para visibilizar nuestras reivindicaciones, para analizar la situación de los afectados en el conjunto del Estado, así como para poner de relieve las diferencias en la situación que la atención al TDAH tiene entre las distintas Comunidades Autónomas.
El programa de actividades de cada una de las entidades integradas en la FEAADAH pueden consultarse en www.feaadah.org.
Actividades de ámbito estatal                        
  • Rueda de prensa en Madrid. El martes 2 de octubre, la FEAADAH ofreció una rueda de prensa en Madrid, en la que se presentaron los resultados del análisis sobre la situación del TDAH en el ámbito del sistema educativo, realizado por el grupo de expertos en el marco del Proyecto PANDAH (Plan de Acción en TDAH) y la iniciativa por la declaración del Día Mundial de Sensibilización sobre el TDAH.
  • Celebración de la Asamblea General Anual de la FEAADAH. Los actos de ámbito estatal han continuado el viernes 5 de octubre, con la celebración en Madrid de la Asamblea General Anual de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad, en la que estarán presentes, de manera directa o mediante representación, todas las asociaciones integradas en la FEAADAH.
  • IV Encuentro Nacional de Asociaciones de Ayuda al TDAH. Este IV Encuentro, celebrado los días 6 y 7 de octubre, tiene un carácter formativo.
LA FEAADAH CANALIZA ANTE LA OMS LA PETICIÓN DE UN “DÍA MUNDIAL DEDICADO AL TDAH”

Alineada con quienes lo estaban demandando de manera informal, la FEAADAH asume la iniciativa de solicitar oficialmente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaración de un Día Mundial de Sensibilización sobre el TDAH, animando a todas las personas que desempeñan su actividad profesional en los ámbitos educativo, sanitario, social y laboral a que manifiesten su apoyo a esta solicitud.
Para el logro de este objetivo, la FEAADAH ha iniciado la petición de manera oficial, con una campaña de recogida de apoyos de personas e instituciones que avalen y sustenten con su firma la petición a la OMS para que lleve a cabo esta declaración.
Los documentos elaborados hasta el momento incluyen:
Estos documentos pueden enviarse:
Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad.
Colegio San Carlos.
Calle del Romeral.
Tentegorra. 30205 Cartagena. 
Aquellos que quieran contribuir a esta iniciativa pueden participar activamente, descargándose el manifiesto y el documento y promoviendo la recogida de firmas entre las personas del entorno. Las asociaciones o fundaciones de ayuda al TDAH también informan sobre cómo realizar esta actividad. 
FUENTE: