TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

viernes, 25 de mayo de 2012

QUÉ ES LA AUTOESTIMA



El desarrollo de una autoestima ajustada es el primer pilar del bienestar psicológico de cualquier persona y por supuesto, de nuestros hijos o alumnos.
Autoestima y autoconcepto son las dos caras de una misma moneda.
Por una cara, el autoconcepto que es la idea que cada persona tiene de sí mismo, cómo se describe y define. En los niños, el autoconcepto va siendo más elaborado conforme van creciendo. Cuando son pequeños las definiciones se hacen respecto a algunos atributos: “soy una niña“, “soy muy bueno…” A medida que se hacen mayores, pueden expresar cualidades, preferencias, habilidades o formas de ser.
Por otro lado, la autoestima es la valoración afectiva de ese autoconcepto: si gusta o no como uno es, si se está o no satisfecho con uno mismo y también si uno mismo se quiere o no.
COMPONENTES DE LA AUTOESTIMA
La autoestima tiene tres componentes básicos: sentimientos, ideas y comportamientos.
Sentimientos
Los sentimientos son las emociones implicadas: de agrado o desagrado hacia uno mismo y, por tanto, sentimientos positivos o negativos, que se traducen en una aceptación o disgusto con uno mismo.
Ideas
Son el componente cognitivo de la autoestima: los pensamientos que genera la autoestima, el propio diálogo interior, los juicios sobre uno mismo. El componente cognitivo se pone de manifiesto, por ejemplo, cuando al enfrentarse a una situación nueva se piensa: “no voy a ser capaz“, “yo nunca logro nada“; o por el contrario, pensamientos más positivos: “si me esfuerzo lo conseguiré“, “creo que puedo afrontarlo…”
Comportamientos
Por último, la expresión última de la autoestima se manifiesta en conductas concretas que hace que los hijos tomen decisiones y actúen de una determinada manera ante infinidad de situaciones: con iniciativa, con más o menos seguridad, que aborden nuevos retos o, por el contrario, que sean retraídos, inseguros, etc.
ASPECTOS DE LA AUTOESTIMA
Además de lo anterior, el autoconcepto y autoestima, se refieren a diferentes aspectos de la propia persona. Por ello se puede hablar de una autoestima física, referida al propio cuerpo e imagen; intelectual, sobre las propias capacidades intelectuales; académica, sobre la vida escolar; social, sobre la relación con las demás personas, etc.
De esta forma puede haber niños con una imagen física y social positiva, mientras que su autoconcepto y autoestima académica e intelectual no lo sea tanto.
AUTOESTIMA AJUSTADA
Frente a lo que popularmente se piensa, lo ideal no es tener una alta autoestima, sino más bien que el autoncepto y la autoestima sea más o menos ajustada. Es decir, que se correspondan con la realidad personal y, sobre todo, que haya una aceptación tranquila y satisfactoria de uno mismo.
Tan desajustada y arriesgada es una valoración negativa de uno mismo, como una sobrevaloración no realista de la propia imagen y realidad personal.
AUTOESTIMA: ¿CÓMO SE CONSTRUYE EN LOS NIÑOS?
Si hubiera que explicarlo de una forma muy sintética, habría que decir que el autoconcepto y autoestima se van construyendo progresivamente desde la imagen que transmiten las personas más cercanas al niño (sus padres principalmente) hasta la construcción más interna y personal.
En los primeros años
En los primeros años de la vida del niño, hasta los 3 o 4 años, el autoconcepto y la autoestima se van conformando por la imagen que de sí mismo van proyectando las personas más significativas para el niño o la niña: su padre y su madre.
El niño es “lo que sus padres dicen de él“, de ahí la importancia de las “etiquetas” que se empleen con ellos, tanto positivas como negativas: “un trasto”, “inquieto”, “tranquilo”, “tímido”, “comilón”, “mal comedor”, “bruto”, “bueno”, “malo”…
Pero no solo lo que dicen, las muestras de afecto son clave: un niño construirá su autoestima (se querrá a sí mismo) si se siente querido por sus padres.
Durante la escolaridad
Una vez que inicia su escolaridad, hacia los 3 años la mayoría de los niños, intervienen otras personas significativas en el desarrollo de su autoestima: sus profesores.
Ellos también envían mensajes definitorios:  lento, distraído, trabajador, tranquilo, trabaja muy bien… y muestran en alguna medida aprecio y preocupación.
Desde los ocho años en adelante y especialmente en la adolescencia, otras personas decisivas entran en juego: los iguales, los compañeros y los amigos. Ellos también etiquetan, pero sobre todo transmiten afecto, aceptación o rechazo al niño o a la niña.
RECAPITULANDO
La autoestima se va desarrollando y construyendo por la imagen, la aceptación y el afecto que transmiten las personas más cercanas y significativas para el niño o la niña.
Inicialmente son sus padres, pero poco a poco se suman sus profesores y más tarde sus compañeros e iguales.
No será hasta más adelante, cuando el chico elabora su propio concepto y autoestima.
CÓMO MEJORAR LA AUTOESTIMA DE NUESTRO HIJO/A EN DIEZ PASOS
1. Ayudar a conocerse
El primer paso es ayudar a nuestro hijo a conocerse. Ello implica que de una manera realista le ayudaremos a descubrir sus cualidades en diferentes ámbitos: su propio cuerpo, respecto a los estudios, en la relación con los demás, en su forma de afrontar las cosas, etc.
Recordemos que las definiciones y etiquetas que establezcamos serán las que irán construyendo su autoconcepto – autoestima. ¡Cuidado con lo que decimos!.
2. Valorar sus logros
Desde pequeños, debemos valorar los pequeños logros de nuestro hijo o de nuestro alumno. Con realismo, sin exagerar, pero valorando los pequeños o grandes logros y conquistas que va realizando.
La lista puede ser interminable: controlar el pis, recoger la mesa, los juguetes, dormir solo, vestirse solo, comer solo, sus deberes escolares, etc.
En primer lugar, los padres puede expresar en voz alta estos logros pero, poco a poco, podemos ayudar a que sea nuestro hijo quién tome conciencia de ellos y sea él mismo quien los descubra y valore.
3. Evitar etiquetas negativas
“Etiquetar” no es adecuado, aunque suele ser inevitable; pero las etiquetas negativas lo son mucho menos. Tenemos que evitar ese tipo de definiciones de nuestro hijo desde el principio porque, de alguna manera, crea unas expectativas, de forma que tratará de responder a esas ellas, aunque sea de manera inconsciente.
Por tanto, siempre debemos evitar etiquetas como, trasto, inquieto, tímido, desordenado, pegón, vago, miedoso, inseguro, inmaduro, malo, mentiroso, etc.
4. No hacer profecías negativas
En la educación de los hijos hay que regañar, corregir e indicar lo que se hace mal. Sin embargo, hay que evitar las críticas negativas o destructivas.
Ese tipo de crítica sólo resalta lo negativo, no tiene intención de mejorar, sino de dejar en evidencia los errores, sin dar pistas sobre cómo se puede hacer adecuadamente la próxima vez.
Pero además, ese tipo de crítica suele tener una carga de profecía negativa. Éstas son expresiones y valoraciones negativas que tienen el carácter de sentencia y de profecía de lo que ocurrirá en el futuro: “nunca conseguirás hacer nada bien”, “al final, eres un desastre”. En el caso de los niños, cierran toda posibilidad de mejora. Además, está demostrado que al emitir una profecía negativa, de manera inconsciente toda la conducta se orienta para que ésta se cumpla.
En ocasiones, los nervios o el enfado nos puede jugar malas pasadas, pero debemos tratar de evitar este tipo de comentarios, tanto si somos padres como si somos educadores. Por el contrario, debemos mandar mensajes de esperanza y mejora.
5. Ponerlos en la tesitura de tomar decisiones
Las personas con baja autoestima son inseguras, les cuesta tomar decisiones y prefieren siempre que otros decidan por ellos.
Ponerles en situación de decidirse y dejarles que ellos decidan por sí mismos, con sus riesgos e incertidumbres, es otra forma de construir la autoestima. Desde pequeños podemos ponerlos en la tesitura de tomar pequeñas decisiones: ofrecer dos sabores de yogurt, dos prendas para vestirse o entre una actividad extraescolar y otra, por ejemplo.
6. Proponer responsabilidades
Desde bien pequeños, probablemente desde los 2 o 3 años, se pueden proponer pequeñas responsabilidades a nuestro hijo o hija.
Ofrecer responsabilidades implica un mensaje subliminal: “creo que puedes hacerlo, confío en ti, esto lo pongo en tus manos“.
Las responsabilidades dependerán de la edad y de las condiciones. Algunas propuestas son:
Hasta los 6 años.
Poner y quitar la mesa, regar las macetas, recoger los propios juguetes, cuidar algunas pertenencias, comer solo.
De los 7 a los 12 años.
Además de las anteriores, cuidado de las propias pertenencias, orden de la propia habitación, realizar algunas compras en tiendas cercanas, cuidar su material escolar, gestionar sus ahorros, anotar los deberes, tomarse los medicamentos que les prescriban (bajo nuestra vigilancia) o acudir a las actividades extraescolares con las que se ha comprometido.
A partir de los 12 años.
Cuidado de mascotas de la casa, tirar la basura, hacer determinadas compras para el hogar, ordenar su habitación, cuidar de hermanos pequeños, estar pendiente de los estudios y material escolar, hacer determinadas gestiones, etc.
7. Dar pistas para solucionar problemas
Con muy buena intención, desde que los niños son pequeños, los padres intentan interceder y solucionar los pequeños problemas que se van encontrando: desde encajar una pieza en una construcción con los más peques, hasta solucionar problemas de los hijos mayores con los amigos.
Aunque se hace para facilitarles las cosas, no siempre es lo más adecuado. La estrategia más efectiva sería ayudarles a vivir las pequeñas vicisitudes de su vida y darles pistas para que sean ellos los que afronten y solucionen sus propios problemas. Cuando dejamos que los niños afronten estas situaciones, ponen en marcha la búsqueda de alternativas, ensayos, errores y aciertos. Y cuando logran solucionar algunas cosas por su propio esfuerzo reciben un empuje en su autoestima.
8. Evitar la sobreprotección excesiva
La sobreprotección merma la autoestima, porque el mensaje final que envía es “tengo que protegerte, tú solo no puedes“.
Desarrollar una sana autonomía es también una apuesta por el desarrollo de la autoestima. La estrategia general puede ser: todo aquello que nuestro hijo puedas hacer por sí mismo, sin poner en riesgo su seguridad, debe de hacerlo, aunque lo haga más despacio o peor.
9. Reflexionar sanamente sobre el fracaso
El fracaso, los errores, la no consecución de objetivos y las pequeñas o grandes frustraciones forman parte de la dinámica de la vida. Negar eso es transmitir una idea falsa de lo que es la realidad.
Nuestra cultura no tolera el fracaso y éste no forma parte de las reglas de juego, pero lo cierto es que unas veces se gana y otras se pierde.  Hay que enseñar a ganar… pero también a perder y a volver a afrontar de nuevo las situaciones con espíritu deportivo.
De cara a desarrollar una autoestima adecuada, hay que procurar reflexionar sobre el fracaso poniendo el peso en nuestras posibilidades y en aquello que depende de uno mismo. Es lo que técnicamente se llama crear un “locus de control interno“.  No podemos controlar todas las variables, pero hay un número de ellas que sí dependen de nuestra acción.
Lo contrario sería culpar siempre a los demás y a las circunstancias externas. El locus de control interno implica que la próxima vez puedo intentarlo y mejorar, de manera que parte de la consecución de las cosas depende de mi propia capacidad.
10. Transmitir seguridad afectiva
El pilar básico de la autoestima es sentirse profundamente querido. En esto, los padres y madres no solo tienen un papel insustituible, sino que además es algo que tienen a su alcance.
Aunque es difícil explicar en este espacio cómo transmitir seguridad afectiva, proponemos algunas estrategias:
Realizar muestras explícitas de afecto
Los abrazos, besos caricias, palabras cariñosas son la primera y principal forma de transmitir afecto. Cada niño tiene su lenguaje en el que prefiere que se le transmita el afecto. Este lenguaje puede variar por la edad, pero todos los niños y niñas lo necesitan.
Papá y mamá se quieren
La seguridad afectiva también se transmite cuando los niños comprueban que papá y mamá se quieren. La armonía de la pareja ayuda a construir una sana autoestima.
Cuidar los pequeños detalles
Los pequeños detalles son una forma práctica y cotidiana de transmitir seguridad afectiva. Las posibilidades son muchas:  recogerlos del colegio, comer con ellos, llevarlos al parque, jugar con ellos, dedicarles tiempo, etc. Esto es lo que más valoran los niños de sus padres y  les hace que se sientan verdaderamente importantes.
Ser exigentes
Ser exigentes, porque el amor lo es. Un niño se siente querido y mejora su autoestima cuando sus padres son exigentes con él porque eso significa que les importa. Una sana exigencia es otra forma de transmitir seguridad afectiva.
Incondicionalidad
Por último transmitir la idea de incondicionalidad: se les quiere incondicionalmente. Expresiones como “si no haces esto no te quiero“, “si sigues así te enviaré a un internado…” o similares no son adecuadas.
RECAPITULANDO
Estos han sido los diez pasos propuestos para mejorar la autoestima de su hijo:
  1. Ayudar a conocerse
  2. Valorar sus logros
  3. Evitar las etiquetas negativas
  4. No hacer profecías negativas
  5. Poner en la tesitura de tomar decisiones
  6. Proponer responsabilidades
  7. Dar pistas para solucionar problemas
  8. Evitar la sobreprotección excesiva
  9. Reflexionar sanamente sobre el fracaso
  10. Transmitir seguridad afectiva
Además, también ayudan los siguientes consejos:
  • Ofrecer oportunidades a nuestros hijos para que tengan éxito
  • Buscar razones  para elogiar a nuestros hijos
  • No compararles
  • Permitir que nuestros hijos se equivoquen y participa de las soluciones.
  • Si nuestros hijos se equivocan no criticarles
  • Confíar en nuestros hijos
  • Ser cariñoso con ellos
  • Pasar tiempo libre con los hijos
  • Trasmitir el valor de compartir con los demás
  • Enseñar a nuestros hijos a valorar a las demás personas.
  • No actuar en forma violenta frente a nuestros hijos
  • Inculcar hábitos saludables
FUENTE:
www.jesusjarque.com

1 comentario:

  1. Amiga me he hecho seguidor tuyo porque te he conocido a través de mi esposa y me ha recomendado que te lea y lo hecho y me encanta haberlo hecho.
    Te he mandado un correo con mis artículos escritos sobre estos temas,
    Estoy de acuerdo contigo que la Autoestima es de las cosas mas importantes que debe de tener una persona, si no se quiere uno mismo y se respeta uno mismo nunca sera nada.
    Yo lo digo una y otra vez necesitamos todos los dias de un tiempo mas o menos largo para hacer una reflexión de nuestro comportamiento de ese dia y debe de ser muy sincero, si somos sinceros con nosotros mismos y somos capaces de no mentirnos nunca hay comienza la autoestima, porque comenzaras a respetarte y comienzas a ver que eres mejor de lo que te creías y este esfuerzo te ira haciendo que te gustes mas y que tu autoestima se aumente.
    Un abrazo amiga y gracias

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