TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

martes, 31 de enero de 2012

INVESTIGADORES GALLEGOS BUSCARÁN EL ORIGEN GENÉTICO DE DOLENCIAS PSIQUIÁTRICAS EN NIÑOS

Sanidade y la Fundación María José Jove colaboran en un estudio pionero para determinar la base molecular del autismo, la hiperactividad y el trastorno obsesivo compulsivo y mejorar su tratamiento.
MARÍA DE LA HUERTA | A CORUÑA
Descubrir la base genética de trastornos psiquiátricos de la infancia para mejorar su tratamiento y, en consecuencia, la calidad de vida de quienes los padecen. La Consellería de Sanidade, a través de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica, y la Fundación María José Jove se han unido para desarrollar un ambicioso proyecto, pionero en España, cuyo objetivo es investigar los genes que están detrás del autismo, el déficit de atención por hiperactividad (TDAH) y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
 "Hasta ahora, se ha investigado muy poco en este ámbito debido a que las enfermedades psiquiátricas están muy estigmatizadas y, por tanto, no hay una presión social y política para indagar sobre su base genética", explica el presidente de la Fundación Galega de Medicina Xenómica, Ángel Carracedo, quien asegura que el proyecto surge de una idea propuesta por especialistas del Servicio de Psiquiatría del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), encabezados por el doctor Fernando Márquez. "Nos pareció una iniciativa estupenda, que puede ayudar a arrojar luz sobre las bases moleculares de esas tres dolencias y subclasificarlas mejor", apunta el científico.
Para llevar a cabo la investigación -que durará dos años, y que cuenta con un presupuesto de partida de 200.000 euros aportados, a partes iguales, por la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica y la Fundación María José Jove-, el equipo dirigido por Carracedo tiene previsto recoger unas 600 muestras en niños y adolescentes gallegos con autismo, TDAH y TOC en los que se sospeche un síndrome de origen genético.
"Empezaremos investigando los trastornos del espectro autista, puesto que estudios internacionales han demostrado que en el 25% de los casos tiene una base genética. Determinar qué genes concretos causan estos trastornos servirá para identificar mejor sus particularidades ya que, ahora, se meten todos en el mismo paquete", indica el científico, y añade: "Continuaremos con el TDAH pero, en este caso, nos centraremos en farmacogenética, porque se trata de una patología más estudiada y, aunque el tratamiento es bastante eficaz, algunos pacientes desarrollan resistencias", señala. El TOC será la última dolencia psiquiátrica que abordará el equipo de Carracedo. "En este caso concreto, la recogida de muestras se ampliará a toda España ya que, su variante más compleja -que es en la que nos vamos a centrar-, es, también, menos habitual", apunta Carracedo.
El estudio contará con la colaboración de los servicios de Psiquiatría de los principales hospitales de Galicia y de las asociaciones gallegas de pacientes afectados por esas patologías. "En investigación genética, cuantas más muestras tengamos, mejor. Por eso, necesitamos y agradecemos el apoyo de las asociaciones de pacientes", subrayó el presidente de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica, quien especificó que, en esta primera etapa del proyecto, la entidad que dirige realizará "la extracción del ADN, ARN y alicuotado de muestras, además de centralizar la base de datos clínica". "Intentaremos dar con la base genética de esos trastornos pero, en una investigación de estas características, el éxito nunca está garantizado", reconoció Carracedo.
FUENTE:                                                                  

lunes, 30 de enero de 2012

LOS DEBERES: CÓMO AYUDAR A SU HIJ@ CON TDAH

CONSEJOS E IDEAS PRÁCTICAS PARA AYUDAR AL NIÑO CON TDAH A REALIZAR LOS DEBERES
GESTIÓN DEL TIEMPO:
Debe comenzar por lo más difícil. Anime a su hijo a que realice primero las tareas más difíciles. Si se deja lo más fácil para el final, puede que aún quede cierta capacidad de concentración:
Haga pausas. A su hijo le beneficiará descansar cinco minutos cada media hora,
Establezca rutinas para los deberes. Al igual que sucede con el resto de los niños, ponerse a hacer los deberes puede ser difícil, por el cansancio de la jornada escolar o porque hay otras cosas más interesantes que hacer. Tal vez sea de utilidad establecer un ritmo de tareas en el que las actividades como jugar o ver la televisión se utilicen como recompensas.
Utilice tarjetas con los puntos clave. Durante la revisión previa a un examen, utilice tarjetas en las que haya anotado los puntos más importantes y, así, desglosar la información en apartados de menor tamaño, más fáciles de recordar.
Divida las tareas más grandes. Dividir en apartados más pequeños las tareas facilita su realización. Coloque un calendario en la pared que refleje la fecha en que se debe finalizar cada una.
HERRAMIENTAS DE ORGANIZACIÓN:
Utilice una agenda para los deberes. Debe incluir en ella información detallada de las tareas que debe realizar el niño, los recursos necesarios y la fecha en la que tiene que entregarlas. Las tareas finalizadas debe firmarlas tanto el progenitor como el profesor, de modo que constituyen una manera práctica de trabajar en colaboración. Esto puede ayudar a su hijo a asumir responsabilidad y establecer prioridades.
Utilice las notas de aviso del teléfono móvil. Configure una alarma en el teléfono móvil de su hijo para que le recuerde cuando tiene que entregar un trabajo o los deberes.
Establezca un lugar para hacer los deberes. Establezca una zona destinada sólo a hacer las tareas escolares. Anime a su hijo a que mantenga esta zona ordenada, de modo que no sea necesario perder tiempo para organizarla antes de ponerse a hacer los deberes. También es mejor que su hijo haga sus tareas en un sitio en el que pueda vigilarle.
Utilice una bandeja. Anime a su hijo a que vacíe la mochila en una bandeja todos los días al volver del colegio. Consultar los deberes en la agenda le permitirá decidir qué materiales necesita para las tareas asignadas ese día y cuáles tiene que entregar más tarde.
Ayúdele en la entrega de las tareas al profesor. Anime a su hijo a que use una carpeta específica para las tareas finalizadas. Esto le permitirá a usted verificar al día siguiente, antes de que su hijo se vaya al colegio, si la carpeta está en la mochila.
SISTEMAS DE RECOMPENSA:
Acuerde las recompensa. Acuerde con su hijo las recompensas si finaliza las tareas de manera satisfactoria.
Establezca plazos realistas. A los niños con TDAH les lleva más tiempo realizar las tareas de casa que las que se realizan en el colegio.
Anime a su hijo a que se fije sus propios tiempos para hacer los deberes. Esto aumenta el interés y puede hacer que acelere el ritmo para “ganar al reloj” (que actúa como factor de motivación) y terminar antes de la hora señalada.
Ofrezca recompensas como:
Permitirle más tiempo para jugar al ordenador o para ver la TV.
Hacerle comentarios positivos sobre los resultados en el colegio.
Permitirle irse a la cama más tarde el viernes por la noche.
Leerle un cuento o jugar con él.
Los padres deben comprobar siempre si la recompensa es válida, averiguando qué es lo que más motiva al niño. La recompensa tiene que ser algo que su hijo desee mucho o de lo contrario, no funcionará.
FUENTE:

jueves, 26 de enero de 2012

9 DE CADA 10 AFECTADOS POR TDAH ABANDONAN LA UNIVERSIDAD

PROBLEMA DE NIÑOS… Y NO TAN NIÑOS.
Entre un 2% y un 4% de los jóvenes es hiperactivo.
Nueve de cada 10 afectados por déficit de atención abandonan la universidad.
Las actitudes y comportamientos que tradicionalmente se han achacado a una educación deficiente, a una incapacidad o a una falta de interés, no siempre tienen una raíz meramente social. Las alteraciones en los niveles de dopamina en la parte frontal del cerebro, el neurotransmisor que regula la impulsividad y la atención son la principal causa del fracaso escolar.
Mientras de todos es conocido el trastorno por déficit de atención e hiperactividad en niños y adolescentes, muchos jóvenes se incorporan a la Universidad sin siquiera sospechar que sus malos resultados académicos pueden estar relacionados con la misma dolencia.
Representan entre un 2 y un 4% de la población de esa edad y la falta de soluciones por parte de docentes y centros le cuesta la carrera al 90-95%. La Universidad española, poco a poco, comienza a prestar atención a los alumnos con TDAH.
CUESTIÓN DE GENÉTICA
A simple vista, son personas muy despistadas y caóticas. No terminan casi nada de lo que empiezan, pierden las llaves, se les olvidan las citas y, muchos de ellos, han repetido curso en el colegio o el instituto. Los adultos jóvenes que presentan un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) suponen entre un 2% y un 4% de la población según la estimación de los expertos. No se dispone de estudios específicos como en el caso de la infancia, ya que hasta hace 10 años se creía que se terminaba en la adolescencia.
Lo que ya se reconoce como “la causa más frecuente de fracaso escolar”, según el doctor César Soutullo, (director de la Unidad de Niños y Adolescentes del área de Psiquiatría y Psicología Clínica en la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra), llega, aunque en pequeñas dosis, a la Universidad y ésta está empezando a tomar conciencia de ello.
“Sin duda, el TDAH es una de las causas del abandono precoz de los estudios universitarios y del fracaso en ellos”, confirma Mateu Servera, profesor e investigador en el Laboratorio de Conducta y Sistemas Dinámicos de la Universidad de las Islas Baleares, que asegura que “los servicios de Atención a la Diversidad de las universidades cada vez reciben más consultas por problemas relacionados claramente con un posible trastorno de la atención”.
Concreta más Inmaculada Moreno, profesora de Tratamiento Conductual en Niños y Adolescentes en la Universidad de Sevilla y autora de varios libros sobre la materia. “Aunque las investigaciones científicas con estudiantes universitarios con TDAH son escasas, puntualiza, “si se comparan con los estudios centrados en los niveles educativos inferiores se ha documentado que únicamente el 5-10% de los jóvenes matriculados en la universidad logra finalizar sus estudios”.
Según Moreno, la vulnerabilidad hacia el abandono suele darse en los dos primeros años de formación superior, especialmente en el primer curso por “el esfuerzo de adaptación psicológica a la nueva vida académica que supone”.
Las razones de este abandono radican en las propias características del trastorno, como son las dificultades para planificar las tareas, las limitaciones de organización temporal y las dificultades de rendimiento académico derivadas del sobreesfuerzo requerido por las exigencias de estudio universitarias. “Empiezan un proyecto y lo dejan a medias, antes de llegar a los detalles: se les olvidan las citas, las entregas: retrasan hasta el último momento sus obligaciones…”, enumera el doctor Soutullo.
La hiperactividad impulsiva de movimiento, tan característica de los niños con TDAH, suele aplacarse con la edad. El chico que no puede estar sentado, que sale de clase y que no está quieto, se convertirá en un adulto que asuma de forma interna su nerviosismo, por ejemplo, moviendo el pie, la mano, haciendo sonidos con el boli…
Conoce bien estos síntomas Javier Robador, que tiene 23 años y estudia Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid, su segunda carrera tras finalizar Ingeniería de Obras Públicas. A Javier le diagnosticaron TDAH cuando tenía apenas tres años, una ventaja que le ha ayudado a vivir con ello y gestionarlo de forma que le causara los menores problemas posibles.
Soy un buen estudiante, pero en exámenes, cuando era más pequeño, me costaba mucho más que a mis compañeros mantener la concentración”, recuerda. Aun hoy, la temporada de evaluaciones le trae quebraderos de cabeza. “Hago los exámenes mucho más rápido, pero cometo muchos fallos”, reconoce. “Se me acumulan las ideas en la cabeza y las tengo que soltar rápido. Claro, me dejo muchas cosas por el camino. Escribo por impulsos, funciono como por flashes y sin ninguna estructura”, relata el joven.
Otro problema derivado de la precipitación de los afectados por TDAH es que no comprenden lo que se les pide. “Yo leo lo que quiero y después, cuando ya he salido del examen, me doy cuenta de que me he equivocado en la respuesta”, reconoce Javier. Esta hecatombe organizativa tiene una causa estrictamente biológica, que se encuentra en la parte frontal del cerebro, la que regula la impulsividad, planifica las acciones y mantiene la atención. “El paciente no tiene esa área suficientemente activa por falta de dopamina, que es un neurotransmisor”, explica Soutullo, que aclara que el origen es genético.
Según sus investigaciones, tienen influencia en el desarrollo de este trastorno los problemas durante el embarazo o el parto, el consumo de alcohol y tabaco durante la gestación y el bajo peso al nacer.
El tratamiento tiene, por tanto, una triple vertiente. Por un lado, la terapia ayuda al paciente a adquirir las herramientas para vivir con ello y sacar un rendimiento de su energía. “La mejor solución es adquirir unos hábitos, una rutina”, aconseja Javier. Algo que confirma Soutullo: “Los pacientes universitarios necesitan mucha estructura en su día a día. Cuando eran pequeños, esa organización les venía dada por sus padres pero, al crecer, tienen que aprender a organizarse solos”.
UN COLECTIVO MÁS TENDENTE A LA ADICCIÓN
“Un diagnóstico tardío de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) multiplica por tres el riesgo de desarrollar una adicción”, advierte el doctor César Soutullo, de la Universidad de Navarra. Entre el 20 y el 50% de los niños con TDAH presenta trastornos de conducta disruptiva, que se manifiestan en “un patrón constante, durante al menos seis meses, de enfados explosivos, hostilidad, resentimiento, desafío a las figuras de autoridad”, según describe el doctor en el artículo “Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: comorbilidad psiquiátrica y tratamiento farmacológico alternativo al metilfenidato”, que se publicó en la revista “Pediatría de Atención Primaria”. En la población adolescente, la incidencia crece hasta el 40-50% y continúa aumentando con la edad.
“Con frecuencia, estos pacientes presentan problemas legales y abuso de sustancias”, confirma el doctor. La explicación se encuentra en la impulsividad que caracteriza al paciente con TDAH: “Estas personas buscan la recompensa inmediata, sin pensar en las consecuencias de sus actos. El presente prima sobre el futuro”, explica. “Por eso, existe un mayor riesgo de abuso y dependencia de la nicotina, el alcohol, las sustancias psicoactivas o incluso el sexo”, concluye.
FÁRMACOS CONTROVERTIDOS
“El tratamiento farmacológico suele dar miedo, sobre todo a los padres”, reconoce el doctor, que aclara: “Se trata de medicamentos basados en estimulantes derivados de la anfetamina, pero que no enganchan”. Estas sustancias se utilizan desde 1940 y sus efectos se dejan notar rápidamente. “El paciente obtiene un notable rendimiento con un menor esfuerzo”, explica.
Confundidos por el origen del producto, algunos jóvenes utilizan esta medicina con intención recreativa. “En seguida se percatan de que no da subidón y la mayoría de los que hacen un mal uso las utilizan para estudiar”, relata, y advierte: “Lo que tienen que hacer es ir al médico. Probablemente, también ellos tengan un trastorno”.
La tercera parte del tratamiento es en la que intervienen los centros educativos. Algunos, como la Universidad de Murcia, ya han planteado exámenes adaptados a los alumnos que padezcan TDAH. Incluso, en Cataluña, las pruebas de Selectividad se fragmentan en tiempos menores y se organizan de manera diferente para los concurrentes aquejados de este trastorno. Sin embargo, las iniciativas son aún incipientes.
“Los planes de estudio adaptados a Bolonia, en cuanto conllevan metodologías docentes más dinámicas, con exigencias más activas de participación del alumno y una evaluación continua, contribuyen a facilitar los mejores resultados académicos del alumno con TDAH”, afirma Inmaculada Moreno.
Está de acuerdo Mateu Servera, aunque apunta: “Este sistema también exige mucha más capacidad de planificación y organización por parte del alumno”. “Los exámenes, prácticas, trabajos de cada asignatura le obligan a tomar decisiones sobre cómo distribuir el tiempo y el esfuerzo”, argumenta, y “es precisamente en eso, en la previsión de consecuencias, en lo que más dificultades tienen los pacientes con TDAH”.
“La mejor solución potenciar los servicios de atención clínica de las universidades”, añade Servera. “Muchos centros son reacios y más en estos tiempos, pero a la larga puede ser una buena inversión, al atenuar el fracaso escolar, mejorar las tasas de rendimiento y reducir la conflictividad académica y social en las aulas”, lamenta.
“El contexto universitario aún tiene pendiente definir e implementar las adaptaciones y ajustes académicos idóneos para garantizar el éxito de estos estudiantes”, lamenta Moreno. “Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el acceso a la universidad de los jóvenes diagnosticados de TDAH es un fenómeno reciente, que obliga a debatir qué adaptaciones resultan más eficaces”, concluye.
TIPS
  • ORGANIZARSE CONCIENZUDAMENTE. Si algo caracteriza al estudiante con trastorno por déficit de atención (TDAH), con o sin hiperactividad, es su falta de previsión. “Tiene una percepción del tiempo diferente”, explica el doctor César Soutullo, director de la Unidad de Niños y Adolescentes del área de Psiquiatría y Psicología Clínica en la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra. “El mejor consejo es”, según el doctor, “apuntar, planificar el día a día. La agenda, las alarmas del móvil, los post-it pueden ser su mejor aliado”.
  • MANTENER UNA ACTIVIDAD CONSTANTE. La rutina ha sido la clave de Javier robador, estudiante de Ingeniería, para aprender a llevar el día a día, desde que le diagnosticaron hiperactividad. “El médico sugirió a mis padres que me mantuvieran motivado para que descargara toda esa energía en algo útil”, recuerda. “Así, me apunté a muchas actividades extraescolares y practiqué mucho deporte en mi período escolar”, explica. Aún hoy, incluso en temporada de exámenes, lo primero que hace al levantarse es salir a correr. “Me desestresa muchísimo”, confiesa.
  • FOMENTAR LAS HABILIDADES PROPIAS. A menudo, el adulto joven aquejado de TDAH es una persona muy creativa y productiva. La necesidad constante de actividad, si se orienta correctamente, puede resultar altamente beneficiosa. “A mí me ha venido hasta bien”, asume Javier. “Soy mucho más dinámico que mis compañeros; mientras otros se pasan los fines de semana en el sofá, yo leo, cocino, salgo a correr… Necesito mantenerme ocupado”, dice. El doctor Soutullo recomienda a los docentes potenciar el aprendizaje, por ejemplo, a través de la memoria visual.
  • CAMBIAR LA FORMA DE EVALUAR. Son pocas las iniciativas, pero existen. Y la solución pasa por la fragmentación. “Si a uno de estos estudiantes se le pone ante una prueba de dos horas, es probable que suelte todo lo que sabe durante la primera media hora y después pierda la concentración”, explica Soutullo. “Si, en cambio, se le evalúa en varias partes de media hora, el resultado será notablemente mejor”, concluye. La Universidad de Murcia ya decidió adaptar, en 2010, los tiempos de examen y su lugar de realización a las necesidades especiales de este colectivo.
  • BUSCAR AYUDA MÉDICA. “En la mayoría de universidades existen servicios de atención a la discapacidad o servicios clínicos donde un estudiante que sospeche que puede padecer TDAH puede acudir”, recomienda Mateu Servera, profesor e investigador en la Universidad de las Islas Baleares. “Ese puede ser un primer apoyo, pero para realizar un diagnóstico y, sobre todo, para llevar a cabo un tratamiento, normalmente se requiere una intervención interdisciplinar en la que estén implicados servicios psiquiátricos, psicológicos y pedagógicos”, añade.
FUENTE:
Publicado por EL MUNDO, 11 de enero de 2012: Problema de niños… y no tan niños.

miércoles, 25 de enero de 2012

EL ALUMNO UNIVERSITARIO CON TDAH

PROBLEMÁTICA DEL ALUMNO UNIVERSITARIO CON TDAH. IMPLICACIONES Y ADAPTACIONES EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA
En los últimos años asistimos a un notable incremento de estudiantes con dificultades de aprendizaje y deficiencias atencionales que acceden a la universidad. Se incorporan a un entorno académico que conlleva expectativas de aprendizaje autónomo, exigencias de habilidades académicas consolidadas y estrategias de adaptación grupal. Numerosos alumnos, sin embargo, fracasan en la universidad e, incluso, abandonan sus estudios sin haber concluido. En este grupo, se incluyen, con frecuencia, los estudiantes con discapacidad asociada a problemas de aprendizaje y/ o trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), frecuentemente diagnosticado, se encuentra entre los más investigados en las últimas décadas. Se trata de uno de los trastornos más prevalentes en la infancia, de naturaleza crónica, comorbilidad asociada, difícil diagnóstico y con opciones terapéuticas limitadas, hasta la fecha, en cuanto a sus efectos en la sintomatología característica y asociada. Existe consenso en la comunidad científica y profesional respecto a las repercusiones adversas que origina a los individuos afectados. Los déficit característicos, asociados a la inhibición del comportamiento y las dificultades de atención sostenida causan alteraciones significativas en las actividades diarias del individuo, en su adaptación escolar, familiar, profesional y social (Barkley et al., 2002).
La investigación desarrollada en la últimas décadas ha revelado severas repercusiones académicas asociadas al TDAH y subrayadas, especialmente en la infancia y adolescencia, pues los estudios son limitados cuando se trata de estudiantes universitarios (Maydosz y Raver, 2010). Los resultados de las investigaciones han puesto de manifiesto dificultades de aprendizaje, deficiencias de rendimiento académico de los alumnos afectados, riesgo de abandono escolar y alteraciones del comportamiento. Estos hallazgos han aconsejado la adopción de medidas educativas y adaptaciones curriculares (no significativas y significativas en muchos casos), permitiendo que los alumnos con este trastorno afronten con éxito su trayectoria académica en los niveles de educación primaria y secundaria.
En el contexto universitario actual, uno de los principales obstáculos es la detección e identificación de los alumnos con dificultades de aprendizaje y deficiencias atencionales. Aunque determinar con precisión la incidencia del TDAH en la universidad, resulta una tarea compleja, se estima, no obstante, que entre el 2% y el 4% de los alumnos universitarios presentan este trastorno, si bien la tasa de incidencia puede variar según la universidad de que se trate (Ortiz y Jaimes, 2007).
En todo caso, la detección de los estudiantes con esta problemática se produce habitualmente porque son los propios alumnos con discapacidades, que requieren adaptaciones específicas, quienes se identifican y contactan con los Servicios de Atención a la Discapacidad de su universidad. Sin embargo, no todos los estudiantes deciden hacerlo, muchos optan por silenciar sus dificultades y afrontar su desenvolvimiento en el entorno universitario por sí mismos, a partir de las habilidades adquiridas y de las estrategias psicológicas propias. En otros casos, el estudiante contacta con dichos servicios preocupado por sus problemas de rendimiento académico. En estas ocasiones, el alumno, probablemente, no fue diagnosticado en la infancia y, aunque la sintomatología haya disminuido, las deficiencias atencionales dificultan su desempeño y rendimiento académico en el contexto universitario.
Por otro lado, los trabajos interesados por las manifestaciones y requerimientos de los estudiantes universitarios con TDAH consideran, como punto de partida, los síntomas y disfunciones apreciadas en la edad adulta atendiendo a tres aspectos esenciales: cronicidad, comorbilidad asociada y ámbitos alterados funcionalmente (Faraone y Antshel, 2008). Teniendo en cuenta estas circunstancias unidas, además de a las exigencias académicas y los requerimientos propios de la vida universitaria, la problemática de los universitarios con TDAH afecta a dos cuestiones fundamentales: a) elevado riesgo de fracaso académico y, b) abandono de los estudios universitarios. Según Barkley et al. (2002), tan sólo entre el 5%-10% de los alumnos logran finalizar los estudios, aumentando la vulnerabilidad hacia el abandono en los dos primeros años, especialmente en el primer curso académico, por lo que éste significa de tránsito entre los estudios de secundaria y universitarios y por los esfuerzos de adaptación que ello significa para el estudiante.
Las razones que parecen influir en el abandono de los estudiantes matriculados en la universidad se relacionan con los déficit cognitivos propios, característicos del trastorno, y con la afectación emocional que éste conlleva. Los estudios realizados subrayan, entre otras, dificultades de rendimiento académico, sobreesfuerzo requerido según las exigencias planteadas, técnicas de estudio deficitarias, dificultades en la planificación de tareas y en la organización temporal y entorno académico escasamente estructurado según las necesidades del alumno con TDAH. Destacan, así mismo, las dificultades que estos alumnos encuentran para relacionarse socialmente y los problemas de autoestima, frecuentes entre los afectados (Moreno, 2011).
En todo caso, los estudiantes universitarios con diagnóstico previo de TDAH afrontan su formación académica adoptando ciertas estrategias conductuales y psicológicas, entre ellas:
  • Elevada autoexigencia sobre su desempeño académico. Hay que recordar que han superado los niveles educativos previos en los cuales han adquirido habilidades académicas básicas.
  • Control y planificación temporal del estudio y realización de trabajos mediante el uso de recordatorios, registros, etc.
  • Adopción de hábitos y rituales específicos de organización académica (selección de materias, horarios).
  • Incorporación a grupos de estudiantes que apoyan y facilitan la información docente, previamente analizada y con frecuencia, sistematizada. A este grupo se añaden aquellos alumnos que, sin un diagnóstico preciso, tienen dificultades de ejecución y rendimiento académico. Además, de los problemas de aprendizaje éstos muestran conductas disruptivas (entradas y salidas frecuentes del aula, problemas de puntualidad e impulsividad, difíciles relaciones con el profesorado) junto a deficiente organización académica, escasa planificación de tareas y distribución de esfuerzo, amén de dificultades para integrarse en el grupo.
APOYO Y ADAPTACIONES DESDE LA UNIVERSIDAD
La propuesta de iniciativas y ayudas específicas a estos alumnos está precedida por el debate actual sobre los métodos de instrucción en la enseñanza universitaria. En este sentido, se discute, por ejemplo, la idoneidad de tomar apuntes como estrategia para focalizar la atención en la materia o si, por el contrario, entregar material previamente estructurado por el profesor puede ayudar al alumno con este tipo de problemática y optimizar su rendimiento (Maydosz y Raver, 2010). Actualmente, las iniciativas y adaptaciones recomendadas para estos estudiantes en el contexto universitario se centran en tres aspectos (Ortiz y Jaimes, 2007; Moreno, 2011):
  • Definición de la figura del tutor académico encargado de guiar y asesorar al estudiante respecto a las materias ofertadas, supervisar sus habilidades académicas imprescindibles, etc.
  • Organización de seminarios y talleres específicos en los que, además de aspectos relacionados con técnicas de estudio, se haga hincapié en la adquisición de habilidades de solución de problemas y habilidades sociales.
  • Adaptaciones académicas curriculares. Entre otras, se han propuesto las siguientes:
    • Asignación del alumnado con TDAH a los grupos configurados en la distintas asignaturas considerando sus limitaciones atencionales y cognitivas.
    • Estructuración y planificación de la docencia: precisión de los objetivos docentes, exposición del índice de contenidos temático, síntesis e introducción explicativa previa al inicio de las clases, etc.
    • Adaptación de los exámenes: se propone identificar o destacar el texto y/o actividades relevantes para el desempeño del alumno en la evaluación y programar un tiempo de ejecución adicional.
    • Tutorías presenciales encaminadas al seguimiento de hábitos y planificación de trabajo, organización de la materia, esfuerzo a medio y largo plazo, etc.
AUTORA: Inmaculada Moreno García. Profesora titular del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico en la Universidad de Sevilla. Investigadora principal del proyecto de investigación sobre la evaluación de la eficacia del neurofeedback frente a los tratamientos farmacológico y conductual en el TDAH (PSI2008-06008-C02-01 del Plan Nacional I+D+i, 2008).
FUENTE:
http://www.infocop.es/view_article.asp?id=3538

jueves, 19 de enero de 2012

Técnicas de Estudio: APRENDER A ESTUDIAR



Técnicas de Estudio: CÓMO HACER UNA EXPOSICIÓN



FUENTE:
http://www.youtube.com/watch?v=bajU6YAdQvM&feature=related

Técnicas de Estudio: CÓMO HACER UN RESUMEN



FUENTE:

Técnicas de Estudio: CÓMO HACER UN ESQUEMA



FUENTE:

viernes, 13 de enero de 2012

MEJORAR EL RENDIMIENTO ESCOLAR

Aproximadamente un tercio de los niños con el trastorno de TDAH repiten al menos un curso durante su escolaridad; cerca de un 35% no acaban nunca los estudios en el instituto; y además, tanto sus notas como su rendimiento académico son significativamente inferiores al promedio. Con el tiempo, a lo largo de la etapa escolar, entre un 40 y un 50% necesita recibir alguna ayuda de forma regular, a través de programas de educación especial o de refuerzo educativo. Para acabar de complicar este panorama, la mitad de estos alumnos tienen graves problemas de conducta oposicionista, lo que hace que, entre el 15 y el 25% sean expulsados  del centro escolar durante algún tiempo.
El TDAH es uno de los trastornos más sensibles a la acción educativa del entorno (principalmente familia y escuela). Por ello, una detección temprana, un diagnóstico correcto y un buen manejo escolar, médico y familiar favorecerán el buen pronóstico del alumno/a.
En el TDAH se recomienda el tratamiento multidisciplinar: la psicoeducación y la terapia farmacológica es la mejor manera de abordar este trastorno.
El tratamiento médico-farmacológico tiene por objeto reducir los síntomas de inatención, sobreactividad motora e impulsividad. Los estudios científicos avalan su eficacia y seguridad. Bien pautado, facilita el correcto desarrollo intelectual y mejora la interacción social y familiar, además de facilitar la intervención de las técnicas psicopedagógicas y de manejo de conducta.
En este sentido, el maestro debe colaborar con el médico durante el tiempo en el que se sigue el tratamiento, observando y registrando si aparecen mejoras o no en el rendimiento académico, en el comportamiento y en las relaciones con sus compañeros.
El tratamiento psicopedagógico está dirigido a padres, profesores y el propio alumno. Tiene por objeto mejorar las habilidades académicas mientras estudia o hace los deberes, mejorar la conducta ante la tarea académica, mejorar la  motivación ante el estudio, la imagen que tiene de sí mismo (autoestima) e instaurar un hábito de estudio.
En principio, los niños con TDAH no requieren adaptaciones curriculares significativas (disminución de los contenidos y objetivos de la etapa) salvo en los casos en que hay algún trastorno de aprendizaje asociado (dislexia, discalculia, trastorno del lenguaje, etc..).
ADAPTACIONES METODOLÓGICAS:
·         La clase
Si pertenecieran a la realeza tendrían un tutor particular a jornada completa, pero en el mundo real tienen  que compartir la clase con otros 23 alumnos o más. No obstante, debemos procurar, en la medida de lo posible, que el alumno con TDAH reciba una atención individualizada.
·         El profesor adecuado
El primer objetivo será intentar que la escuela sea la primera aliada de la familia en el control de la conducta y la educación del alumno. La queja más frecuente de los padres con alumnos TDAH es que los profesores no son sensibles, desconocen y no comprenden las dificultades de este tipo de trastorno, lo que aumenta su angustia, soledad y sufrimiento.
El profesor tiene un papel decisivo en el éxito escolar de un niño con TDAH, aunque todavía quedan profesores que creen que el TDAH sólo se cura con mano dura. El profesor ideal es firme, flexible y sabe cuándo debe dar marcha atrás.
·         ¿Dónde debe sentarse?
Es bastante tentador colocar al niño que causa problemas lo más alejado posible del resto de la clase. Pero si se pretende que aprenda algo será mejor colocarlo en las primeras filas, preferentemente entre niños  tranquilos que puedan ejercer de co-terapeutas.
Esta cercanía permitirá al profesor asegurarse de que el alumno está prestando atención.
Tenerle cerca permite también poder animarle cuando trabaja bien (con una sonrisa, una caricia, un “ven y enséñame lo bien que te está saliendo la letra”, etc.)
Además, es importante reducir las distracciones, evitando que esté cerca de las ventanas u otros elementos como la papelera, armario de juegos, etc.
ORDEN Y ORGANIZACIÓN
Normas:
Un niño con TDAH debe saber qué se espera de él y a qué debe atenerse. Es necesario establecer un número reducido de normas claramente enunciadas y recordárselas con regularidad mediante llamadas y “recordatorios”. Las normas especiales pueden comentarse en privado.
Las normas esenciales pueden ser:
·   No levantarse del sitio
·   Estar tranquilo en la silla
·   Escuchar cuando se dan las explicaciones
·   Obedecer las órdenes del profesor
·   Respetar a los profesores y compañeros: turnos de palabra, hablar sin gritar y no hacer ruido.
Debemos ser conscientes de que el alumno con TDAH, por sus dificultades y sintomatología no siempre será capaz de comportarse de acuerdo con estas normas aunque las conozca.
OTRAS MEDIDAS QUE PUEDEN AYUDARLE:
Nombrarle encargado de cerrar la clase a la hora del recreo puede evitar que empuje en la fila para ser el primero, ya que tendría que salir forzosamente el último para cerrar.
Colocar un cartel en la pared donde pueda pintar puntos o estrellas; cada vez que termine una tarea, además de funcionar como un registro de buena conducta que aumentará el rendimiento académico del alumno, le permitirá levantarse y dar un paseo, facilitando que después pueda concentrarse mejor y mantenerse otro buen rato sentado.
Rutina
Los alumnos con TDAH necesitan la rutina más que el aire que respiran. Deben saber el plan previsto para cada día de colegio y saber qué va a ocurrir a continuación.
Cuando toque cambiar de actividad, se les tiene que dejar que desconecten antes de ponerse de nuevo manos a la obra. Por ej. les resulta muy difícil volver de manera inmediata a la actitud tranquila y pasiva de la clase después de volver de un recreo “hiperactivo y descontrolado”.
Hablar consigo mismo
Los expertos en desactivación de bombas obtienen mejores resultados cuando se van diciendo a sí mismos qué cables han de cortar y en qué secuencia deben hacerlo. Los pilotos repasan una lista de comprobación antes de despegar. Hablar en voz alta no está bien visto por la mayoría de profesores, pero a  algunos niños con TDAH les resulta muy útil.
La importancia de la estructura o entrenamiento en “autoinstrucciones”
(Paro-Miro-Leo-Pienso-Decido-Hago-Repaso) a la hora de hacer un ejercicio, siguiendo los siguientes pasos:
1.     PARO: dejo el lápiz sobre la mesa, aún no lo necesito.
2.     MIRO: observo la hoja y LEO todo lo que aparece en ella.
3.    DECIDO: de nuevo, leo por partes el ejercicio, subrayo los datos y busco las palabras clave que me indican lo que tengo que hacer (define, rodea, compara, une, subraya… También subrayo los verbos, los sustantivos, los adjetivos… que tienen un significado clave). Ahora que sé lo que me piden, pienso y decido cómo lo voy a hacer.
4.     HAGO: Realizo cuidadosamente la tarea del modo que he decidido hacerla.
5.     REPASO: Compruebo que he respondido a lo que me pedían y que ya no me piden nada más en ese ejercicio, asegurándome del resultado y me pregunto si éste tiene sentido.
Mantener la atención
Es uno de los retos de cualquier profesor: conseguir y mantener la atención de un alumno con TDAH sin ponerlo en evidencia delante de sus compañeros. Pueden utilizarse las siguientes estrategias:
Llamadas
Empleo de expresiones como “y ahora veréis”, “prepararos”, “ahora viene lo más interesante”, “¡allá vamos!” ayudan a mantener la atención a la clase cuando ésta empieza a perder interés.
Ánimo y entusiasmo
Contacto ocular, tono de voz firme y trasmitir entusiasmo, son claves para mantener la atención de la clase. El profesor que sabe llegar a los alumnos utiliza los ojos y el lenguaje corporal, hace pausas y habla con suavidad. Un profesor un poco teatral, entusiasta y lleno de energía conseguirá mayor atención que uno que hable monótonamente acerca de un tema pesado.
Brevedad
Hay que ir al grano sin dar excesiva información. Digo al niño lo que quiero que haga, no lo que no haga.
En la variedad está el gusto
El aburrimiento es un problema muy importante en el TDAH y la variedad ayuda a recuperar el interés.
Es inteligente utilizar estrategias como:
Cambiar el tono de voz y el ritmo de la exposición, detenerse de golpe cuando nadie se lo espera, hacer preguntas a los niños, pedirles que hagan de profesores y que vuelvan a explicar la lección a sus compañeros…
Complementar las lecciones de clase con programas de ordenador que impliquen las mismas habilidades y contenidos.
Utilizar cualquier tipo de material llamativo: fichas de colores, dibujos, maquetas … todo ello crea variedad.
Permitir al alumno con TDAH que realice algún desplazamiento por el aula o fuera de ella a intervalos periódico. Puede nombrarlo su “ayudante en clase” y encargarle ciertas tareas que favorezcan su movilidad.
Retroalimentación
El mero hecho de haberle dicho algo a un niño con TDAH no implica que lo haya entendido. El profesor debe comprobar regularmente que la información ha sido recibida y asimilada. Después de dar una instrucción, pida al alumno que la repita para comprobar que la ha entendido.
Los padres deben decir a sus hijos que, cuando se pierdan o no entiendan algo, pregunten (aunque muchas veces, por sus dificultades sintomatológicas, no lleguen a realizarlo).
Enseñarles estrategias para mejorar la memoria
1)     Pistas visuales
La información verbal se olvida fácilmente, pero si se suministra junto con una pista visual, se retiene mejor. De niños, al aprender a leer, asociamos la letra “A” con un dibujo que empieza por esa letra (por ejemplo, ala). De adultos, es posible que no nos acordemos del piso del aparcamiento donde dejamos el coche, pero seguro que recordamos que fue en el nivel amarillo.
Pueden también utilizarse pistas visuales para controlar el comportamiento del niño en clase. Cada señal indica que hay cambios en las normas: rojo (quédate quieto, escúchame y no hables), amarillo (puedes hablar en voz baja, levantarte y preguntar dudas), verde (puedes jugar libremente, hablar en un tono de voz normal, moverte por la clase, jugar con los juguetes y venir a hablar conmigo).
2)     Palabras clave.
Las palabras clave se utilizan para dirigir la atención sobre una idea, para refrescar la memoria. Como adultos utilizamos palabras clave en nuestras agendas (ej.: “dentista”, “pagar la factura”, etc.)
3)     Asociación
Tendemos a asociar determinada información a ciertas imágenes o lugares.
4)     Rimas y reglas nemotécnicas
Como por ejemplo la regla para acordarnos de los días que tiene cada mes (30 días tiene septiembre, con abril, junio y noviembre…)
Es necesario inventarnos nuestras propias reglas nemotécnicas.
5)     “Recordatorios”
Escribir un mensaje en la mano, apuntárselo en un trocito de papel, ponerse una goma en la muñeca…
En este apartado es muy importante la utilización de agenda escolar para que los padres puedan colaborar eficazmente con los maestros.
EN LAS TAREAS
1.     Adapte el tiempo que le asigna al alumno con TDAH  en la realización de las tareas en el aula. Los niños con TDAH necesitan más tiempo que sus compañeros para terminar las tareas.
2.     Adapte la cantidad de tareas: un número  de tareas  inferior al del resto de los alumnos o proponer a todo el grupo del aula un mínimo de tarea y otras opcionales cuya realización sea voluntaria y con las cuales pueden mejorar su calificación. Una norma que funciona es asignar la cantidad de trabajo que sería apropiada para un niño un 30% más joven y establecer un tiempo límite para acabar el trabajo. Para ello puede ser de ayuda el uso de relojes con alarma.
3.     Partir en trocitos. Cuando la tarea completa parezca inabarcable deberá fragmentarla en una secuencia de pasos o trozos pequeños. Se elabora una lista de “quehaceres” y se va por partes: se hace una cosa, luego otra, luego otra…
Cuando se entrega una tarea para toda la clase (por ejemplo: hacer 4 preguntas de una ficha),  se le indicará que una vez terminada la primera pregunta acuda a la mesa del profesor a mostrársela. De este modo, el profesor está ajustando la demanda a la capacidad de atención del alumno con TDAH, al cual, a su vez, está motivando y permitiendo que dé salida a su necesidad de movimiento (levantarse y desahogarse), De esta manera, favorecemos su concentración en los momentos en que está sentado, puesto que le estamos reforzando con mayor frecuencia y por el trabajo terminado, a la vez que le da consignas sobre cómo ejecutar la siguiente pregunta. Una vez que el niño ha terminado la primera pregunta, se le anima a realizar la segunda y así sucesivamente. De este modo, es muy probable que el alumno termine sus tareas (incluso en el mismo tiempo que los demás niños) y que, paulatinamente, podamos encargarle más de una pregunta cada vez. Así, con el mismo premio (la felicitación del profesor por el trabajo acabado) se asocia cada vez una mayor exigencia de trabajo personal.
También utilizaremos este proceso a la hora de realizar exámenes.
4.     Visión de conjunto.
El niño con TDAH debe empezar a trabajar con una visión de conjunto para que le sea más fácil entender los pequeños detalles. Ej.: proporcionarle un resumen de un libro que debe leer antes de que empiece a leerlo.
5.     Deberes para casa. 
Mandar deberes para casa no es tan grave, lo grave es el tiempo que los alumnos con TDAH invierten en ello. La recomendación es de 10 minutos aproximadamente por curso. Las investigaciones  y la práctica docente demuestra que los deberes no valen de nada en Primaria. Los colegios que mandan muchos deberes no son mejores, no alcanzan mejores resultados y sus alumnos no aprenden más. Los deberes empiezan a ser importantes según aumenta el nivel escolar, pero deben hacerse entre hora y media y dos horas y media; más tiempo no es rentable y tampoco sirve para que  los niños aprendan más.
EN LOS OBJETIVOS
1.     Priorizar objetivos fundamentales para adquirir aprendizajes posteriores. En la medida de lo posible se actuará para lograr los objetivos “secundarios”, pero solamente una vez asegurados los “primarios”.
2.     Cambiar la temporalización de los objetivos. El niño con TDAH necesita más tiempo para alcanzar determinados objetivos. No ocurre nada si se tiene en cuenta el apartado anterior.
3.     Simplifique los objetivos.  Es mejor proponer una suma breve que otra larga y compleja.
EN LA EVALUACIÓN
El objetivo será comprobar que el alumno ha adquirido los conocimientos requeridos, no su habilidad para afrontar una situación de examen.
Algunas estrategias para los exámenes, en niños con TDAH son:
1.     Es preferible realizar exámenes cortos y frecuentes
2.     Reducir el número de preguntas por hoja
3.     Partirlo en pedacitos como las tareas.
4.     Combinar evaluaciones orales y escritas
5.     Destacar, en el enunciado, las palabras clave
6.     Combinar diferentes formatos de pregunta en una misma prueba: de desarrollo, verdadero/falso, completar un esquema, definiciones, opción múltiple, frases para completar, en matemáticas combinar problemas con operaciones, etc.
7.     Trabajar, antes de la prueba, con muestras de formato de examen
8.    Supervisar que ha respondido todo antes de que entregue el examen.
9.     Recordar que revise el examen antes de entregarlo
¿DEBERÍA REPETIR EL ALUMNO CON TDAH?
Entre el 23 y el 35% de los niños con TDAH repetirán al menos un curso antes de llegar al IES. ¿Cuándo es acertado pensar en la repetición?:
Por norma general si el alumno tiene capacidad intelectual para realizar el trabajo académico, lo que necesita no es repetir sino un contexto diferente (más refuerzo, clases más reducidas, apoyo extraescolar…). Sin embargo, si el retraso es general, lo más aconsejable es que repita.
DIFICULTADES DE APRENDIZAJE
Es frecuente que los alumnos con TDAH tengan dificultades en el aprendizaje escolar.
Se requiere una enseñanza explícita y directa de muchas de las estrategias y habilidades que otros niños descubren por sí mismos; se hace necesario todo el ingenio de los profesionales de la educación para hacer los conceptos abstractos más concretos y darles significado evitando aprendizajes memorísticos que a la larga desembocan en mayores dificultades. La mera repetición no lleva a la comprensión.
En cualquier caso, el conocimiento de las dificultades concretas de un niño nos permitirá la búsqueda de la intervención más adecuada y la garantía de su ajuste a las características que éste presente.

¿Qué consecuencias tiene una dificultad de aprendizaje?

1.     Se enfrentan a las tareas escolares con muchos hándicaps y no obtienen por ello ningún reconocimiento sino, por el contrario, reproches y malos resultados a pesar del esfuerzo invertido.
2.     Disminuye la motivación ante la actividad escolar, lo que interfiere con los procesos de memorización y aprendizaje.
3.     Son objeto de todo tipo de “intervención” en pro de la mejora de resultados: profesores particulares, academias, rehabilitación del lenguaje oral y escrito, técnicas de estudio...
4.     Sobrevaloración del desarrollo escolar frente a otros aspectos del desarrollo del niño.
5.     Historia personal de fracasos continuos, rechazo escolar, fracaso, absentismo ...
ORIENTACIONES PARA LOS PROFESORES
·         Acostumbrar (hasta convertir en hábito) al alumno a que, antes de realizar un problema o cualquier otra tarea, tenga a su alcance todo aquello que va a necesitar (lápiz, goma …). Esto hará que no interrumpa la concentración y no se disperse en mitad de la resolución del problema o de otra actuación.
·         Disponer de un guión secuencial, (hoja de autoinstrucciones), que les indique la vía de resolución del problema, de ejecución de tareas, etc., para que sea interiorizado
  1. Leo atentamente el enunciado
  2. ¿Qué datos me proporcionan?
  3. ¿Qué me piden?
  4. ¿Qué operación/es tengo que hacer?
  5. Lo hago
  6. Repaso
·         No obligar al alumno con TDAH a copiar todos los enunciados de las tareas; les lleva mucho tiempo y agotamiento atencional. Este tiempo puede aprovecharlo para iniciar la ejecución de la tarea o resolución del problema antes que sus compañeros.
·         Exigir el subrayado de los aspectos más relevantes del enunciado. Con ello, el profesor se asegura de que ha leído el enunciado.
·         Acostumbrar al alumno a representar la información del enunciado mediante dibujos sencillos (si es posible).
·         Controlar el trabajo del alumno en espacios de tiempo cortos, dejándole hacer pero, a la vez, observando si se estanca en alguna fase de la ejecución / resolución
·         En la medida de lo posible es conveniente no presentar enunciados largos, si no es necesario.
·         En ejercicios / problemas con más de una pregunta, conviene escribirlas en apartados independientes.
Ej.: Andrés pesa 36 kilos. Entre él y su gato pesan 38 kilos. Entre su perro y Andrés pesan 44 kilos.
¿Cuánto pesa el gato?
¿Cuánto pesa el perro?
·         Modificar los enunciados de los problemas mostrando pistas de tipo temporal (primero, antes, después, etc.) o aquellas que ayuden a estructurar sus respuestas. En definitiva, ayudar a que la representación que hagan del enunciado/problema sea la correcta.
OTROS 25 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA NIÑOS CON TDAH
1.     Pregunte al niño cómo puede ayudarlo.
2.     Repita instrucciones. Escriba instrucciones. Diga instrucciones. Repita instrucciones. Necesita oír las cosas más de una vez.
3.     Haga contacto visual frecuentemente.
4.     Siéntele cerca de su mesa.
5.    Establezca límites. Hágalo de forma consistente, predecible, oportuna y planificada. No entre en discusiones Tome el control.
6.    Ayúdele a hacer sus propios calendarios de actividades para después de la escuela.
7.     Elimine o reduzca la frecuencia de las pruebas o evaluaciones con límites de tiempo. No hay un gran valor educativo en estas pruebas, y ellas definitivamente no permiten que muchos niños con TDAH demuestren lo que realmente saben.
8.     Permita válvulas de escape tales como salirse de clase por un momento.
9.     Valore la calidad de las tareas más que por la cantidad. Los niños con TDAH frecuentemente necesitan una carga reducida.
10.  Evalúe los progresos frecuentemente. Los niños con TDAH se benefician enormemente de refuerzos frecuentes.
11.  Divida las actividades largas en varias actividades cortas.
12.  No sea convencional, sea llamativo. Introduzca innovaciones diarias. La gente con TDAH ama las innovaciones, les encanta jugar y, por encima de todo, odian estar aburridos. Gran parte de la intervención del profesor involucra cosas aburridas, como estructura, calendarios, listas y normas. Usted debe mostrarles que esas cosas no tienen que ir de la mano con ser una persona  o una clase aburrida.
13.  Sin embargo, cuide de no sobreestimular.
14.  Busque y subraye el éxito tanto como sea posible.
15.  La memoria es frecuentemente un problema en estos niños. Enséñeles pequeños trucos
16.  Use esquemas. Enseñe a esquematizar, enseñe a subrayar.
17.  Utilice “micrófono casero” para poder hablar por turnos en clase
18.  Disponga de una agenda de comunicación hogar-escuela-hogar. Esto realmente puede ayudar con la comunicación cotidiana entre maestros y padres. También contribuye con el "refuerzo" que estos niños necesitan.
19.  La escritura a mano es difícil para muchos de estos niños. Considere el desarrollo de alternativas. Aprenda y enseñe a usar un teclado. Realice pruebas orales.
20.  Sea como el director de una sinfonía. Atrape la atención de la orquesta antes de comenzar (puede usar el silencio o los golpecitos de tu batuta para hacer esto). Mantenga a la clase atenta.
21.  Explique y dele la connotación de normalidad al tratamiento que el niño recibe, para evitar estigmas o etiquetas.
22.  Reúnase con los padres a menudo. Evite el patrón de reunirse únicamente en momentos de problemas o crisis.
23.  Promueva la lectura en voz alta en la casa y la escuela.
24.  Fomente el ejercicio, preferiblemente vigoroso. El ejercicio ayuda a gastar el exceso de energía, ayuda a enfocar la atención, estimula ciertas hormonas y neurotransmisores que son beneficiosos en estos casos y es divertido. Asegúrese de que sea divertido, así el niño seguirá  practicándolo el resto de su vida.
25.  Permanezca alerta para detectar los momentos de brillantez de los alumnos con TDAH. Estos niños están llenos de creatividad, juegos, espontaneidad y buen humor, tienen un espíritu generoso y agradecen que les ayuden. Estos niños generalmente tienen "algo especial" que los hace destacar donde quiera que se encuentren.
FUENTE: