TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

sábado, 16 de julio de 2011

LA PROCRASTINACIÓN: Posponer, postergar

SÓLO PARA DÉFICIT ATENCIONALES.
No recomendable para personas organizadas, concentradas y satisfechas de este mundo.

Procrastinación es la acción de procrastinar. Del latín procrastinare: pro (hacia, en favor de) y cras (mañana): postergar actividades o situaciones que uno debe atender, por otras situaciones más irrelevantes y agradables. Esto es, dejar las cosas para mañana o para última hora; esperar hasta el límite para comenzar una tarea. Es lo que, popularmente, se conoce como simple "pereza".

La procrastinación como síndrome que evade responsabilizarse posponiendo tareas a realizar, puede llevar al individuo a refugiarse en actividades ajenas a su cometido. La costumbre de posponer, si bien no se ha demostrado cabalmente, puede generar dependencia de diversos elementos externos, tales como navegar en Internet (que puede llevar a una adicción al ordenador, por ejemplo), leer libros, salir de compras o comer compulsivamente, entre otros, como pretexto para evadir alguna responsabilidad o decisión.
Pero, ¿qué es lo que lleva a una persona a procrastinar? La respuesta a esta pregunta es muy amplia, diversa y compleja.
La procrastinación es uno de los síntomas más frecuentes en  el TDAH, uno de los de más difícil manejo y generador de bastante angustia y culpa.
Las personas con Déficit de Atención e Hiperactividad, frente a una tarea poco atractiva o que requiere un esfuerzo mental sostenido, experimentan una serie de pensamientos inútiles y un estado intermitente de desagrado que culmina con la postergación de la misma, (con la esperanza de evitarla), sustituyéndola por otras situaciones más irrelevantes y agradables.
La persona con TDAH distorsiona la percepción del tiempo (discronia): siempre cree que tiene tiempo de sobra para hacer las cosas. De este modo, él mismo decide que está aburrido y pasa a ocuparse de otras tareas que no son prioritarias y que, quizás, ni siquiera son útiles para su vida, pero que le proporcionan placer.
Aunque el TDAH podría asociarse a la dificultad, propia de esta entidad, para priorizar qué es lo importante o urgente y qué es lo secundario o postergable, esto no siempre es así. Muchas veces el procrastinador tiene plena conciencia de estar ejecutando tareas irrelevantes, mientras otras necesarias están siendo postergadas, pero… no puede evitarlo. De hecho, en este momento yo debería estar haciendo un sinnúmero de otras cosas más urgentes, pero me encuentro escribiendo sobre este apasionante tema y… no puedo evitarlo. Lo otro lo dejaré para mañana o pasado.
Aunque sobre la procrastinación se ha escrito bastante, baste buscar la palabra en Google (por favor, no lo hagan todavía o es posible que se distraigan y no vuelvan a este artículo). No he encontrado alguna información que sea realmente útil, como probablemente tampoco lo será ésta…. pero, al menos, nos habrá servido para procrastinar un rato.
Para algunos autores, procrastinar es inevitable y todos lo hacemos en algún grado. El punto sería con qué procrastinar. Al menos, intentemos hacerlo con algo que pueda ser de alguna utilidad en algún momento, aunque no sea prioritario. Jugar al solitario en el ordenador no es la mejor idea, cuando tengo que entregar un trabajo al día siguiente. Tampoco lo es leer un libro de historia, pero tal vez éste, al menos, incremente mi cultura.
Los TDAH son seres geniales e inventores por naturaleza y es característico que esa genialidad aparezca justo en el momento en que tienen otras obligaciones que cumplir. Muchas personas con TDAH están constantemente generando ideas, lo cual les conduce a procrastinar continuamente, ya que la última idea les atrae más que la anterior, por ser más nueva y novedosa. Recomendación: si es útil, hágalo; tal vez mañana esa idea genial se haya esfumado. Después de todo, si sólo nos dedicáramos a cumplir con nuestras obligaciones, ¿quién pondría la nota de originalidad en este mundo?
Ser procrastinador no es sinónimo de ser flojo. Puede ser, que la actividad con que se está procrastinando sea más compleja y difícil que la postergada. Incluso, puede ocurrir que una misma actividad, en algún momento, se utilice para procrastinar y, en otro, sea la postergada.
 El problema es que a los TDAH “no les gusta hacer las cosas por obligación”. Frase típica: “Yo hago las cosas cuando yo quiero y porque yo quiero”. Una pequeña trampa a esta estructura mental podría ser intentar anular el rótulo de “obligatorio” a la tarea a realizar. Si a alguien se le ocurre cómo, por favor que lo publique.
La actividad con que se procrastina produce placer, sin duda, pero enfrentarse a la realidad de no realizar o entregar las obligaciones a tiempo, puede ser fuente de mucha mayor angustia y afectación de la autoestima. Dada la genialidad propia de los TDAH, muchas veces al final, a avanzadas horas de la madrugada, logran cumplir con la tarea, pero con clara conciencia de que la procrastinación les quitó una noche de sueño y que el resultado podría haber sido mejor. Esto es típico de los estudiantes TDAH que, la última noche antes del examen, estudian toda la materia que debieron haber estudiado durante todo el mes. Lo genial es que a veces lo logran pero, dado que el sueño es fundamental para la consolidación de la memoria, con el tiempo los conocimientos se esfuman y se quedan con la sensación de que no han aprendido nada en la universidad. Sin duda, ésa es una mala época para los TDAH. Demasiados estímulos externos, mucho años de estudio frente a un escritorio, escasa disciplina y decenas de compromisos que cumplir.
Las siguientes, son estrategias que pueden ayudar:
Preparar un ambiente de trabajo propicio. No tenga su libro favorito, un televisor, el móvil o el messenger funcionando en  su mesa de trabajo. Propicie un espacio que invite a trabajar. Si no, le puede ocurrir como a Leonardo da Vinci, con cientos de ideas geniales que se quedaron a medio terminar.
Cuéntele su problema a un buen colega o amigo, (los TDAH suelen tener bastantes) y pídale que le ayude a insistirle en esa cosa que siempre está posponiendo. Si encuentra otro TDAH que tenga el mismo problema, la ayuda puede ser mutua. En la infancia cumplía ese rol nuestra madre o abuela (seres actualmente en extinción) con frases como “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” o “primero la obligación y después la devoción”. Probablemente, procrastinar sea lo natural y no hacerlo un hábito que se adquiere con la educación y que es fácil de perder. La única forma de generar nuevos hábitos es practicándolos.
Es posible que “imaginar” también pueda favorecer algunas vías neurales. Cuando tenga un tiempo de relajación, escasos en el TDAH, imagine su imagen mental de un tipo activo y ejecutivo. Imagínese a Ud. mismo como quiere ser. Es una forma de autohipnosis.
Fraccione las grandes tareas en tareas más pequeñas. Es más atractivo pensar en sentarse a escribir el título de la tesis, que la tesis completa. Una vez sentado puede ocurrir que con la inspiración del título, el resto comience a salir como por arte de magia.
Finalmente, puede ofrecerse un premio de “fin de tarea”, pero deberá ser lo suficientemente honesto para no tomarlo antes.
FUENTES:

3 comentarios:

  1. Magnífica entrada... buscaba algo para ayudar a mi hijo, que nunca encuentra la concentración y las ganas para comenzar sus deberes escolares... ha heredado de mí, su madre, esa procrastinación de la que hablas. :)
    Seguiré buceando por este blog para encontrar más ideas y más consejos
    Gracias

    ResponderEliminar
  2. Jajajajaj que razón, yo tengo TDAH y siempre hago esto, ahora mismo por ejemplo estoy en una semana de trimestrales y estoy aqui con el iphone buscando información del TDAH en lugar de estudiar porque me aburria T- T. Que conste que es por el trabajo de busqueda xd pero la cuestión es que estoy aqui jajaj. Ahora me pongo a estudiar para que no digan que los TDAH somos vagos, venga gracias.

    ResponderEliminar
  3. Me ha parecedo un artículo muy interesante. Se ajusta perfectamente a mi hijo con TDAH. Se lo he leído a la hora de la comida. Antes de sentarse a la mesa estuvo media hora procrastinando delante de la TV.

    ResponderEliminar