TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

jueves, 29 de diciembre de 2011

THOMAS E. BROWN: “Trastorno por Déficit de Atención. Una mente desenfocada en niños y adultos”

El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los motivos de consulta más frecuentes en los equipos de salud mental de niños y de adolescentes.
Es, casi con total probabilidad, uno de los problemas mejor y más estudiados en medicina y, a pesar de que en los últimos años estamos asistiendo a un importante crecimiento en cuanto a la difusión del conocimiento sobre el TDAH, por medio de libros de divulgación, artículos científicos (y de la de la enorme cantidad de datos científicos que apoyan tanto el diagnóstico del TDAH como la seguridad y eficacia de los tratamientos) o a través de los medios de comunicación, existe todavía un cierto desconocimiento por parte de varios sectores entre los que se encuentran el educativo y el sanitario, que siguen manifestando su escepticismo y consideran que el TDAH es un problema trivial que se diagnostica y trata en exceso.
La mayor parte de este escepticismo se basa en la simple ignorancia sobre la naturaleza compleja del trastorno, el cual tiene consecuencias devastadoras en los afectados y sus familias, así como sobre los efectos favorables que se obtendrían en la inmensa mayoría de los individuos si recibieran el tratamiento apropiado. (…) En ocasiones, el negar la existencia del TDAH, lleva en la práctica a que estos pacientes y sus familias no puedan acceder a un tratamiento altamente eficaz y con escasos efectos secundarios.
(…) Estos pacientes acuden a la consulta acompañados por sus familias cuando la situación está «al límite», después de varios años de sufrimiento y, en algunos casos, tras diversas consultas a varios especialistas; en otras ocasiones, es la lectura de algún artículo en la prensa lo que «ha abierto los ojos» a los padres sobre lo que le estaba pasando a su hijo.
(…) El diagnostico del TDAH es fundamentalmente clínico. Esto hace que no exista una prueba, ya sea un cuestionario, un análisis de sangre o pruebas de neuroimagen, que resulte definitiva, de modo que el diagnóstico depende de la habilidad y experiencia del clínico que evalúa el caso.
Pero, «el clínico que no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra»; por lo tanto, si uno no conoce el TDAH y no piensa en su existencia, los síntomas que pueda observar en el paciente los achacará a otra patología, siendo difícil llegar al diagnóstico correcto, especialmente teniendo en cuenta que la comorbilidad, es decir, la existencia de otro trastorno además del TDAH en un mismo paciente, es muy elevada.
También es cierto que podemos correr el riesgo de caer en el extremo opuesto y diagnosticar de TDAH a niños que se muevan mucho o que presenten cualquier problema en la escuela. No todo niño que se mueve en exceso padece TDAH ni todo paciente con TDAH tiene por qué ser movido. De ahí la vital importancia de informar sobre el TDAH a pacientes, familias y educadores y de proporcionar formación específica en TDAH a los clínicos que atienden a estos pacientes.
(…) Estas experiencias me han convencido de que sigue necesitándose una explicación clara y de base científica sobre lo que es el TDA/TDAH, qué no es y cómo puede reconocerse y tratarse de forma eficiente.
Hace treinta y seis años, cuando comencé a estudiar psicología en Yale, no teníamos las potentes herramientas de imagen que ahora nos permiten mirar en el interior del cerebro humano vivo y observar los cambios que se producen cada momento en sus redes neuronales. No obstante, nos han enseñado otra forma de aprender sobre los problemas de la función cerebral: escuchar con atención la forma en que los pacientes describen sus experiencias.
El camino que me llevó a escribir este libro, comenzó el día en que escuché a un estudiante muy brillante de un instituto describir la frustración que le producían cada día sus deberes escolares. Se quejaba de que podía leer con fluidez pero, momentos más tarde, no recordaba lo que acababa de leer. Dijo que su mente realizaba largas excursiones en todas las clases y no podía mantenerse concentrado lo suficiente como para captar nada más que fragmentos de lo que se explicaba en clase. Explicó que, a pesar de sus buenas intenciones para preparar los deberes y escribir sus trabajos, terminaba dejando las tareas para más tarde y obteniendo los inevitables malos resultados.
Las descripciones de este joven me hicieron sospechar que padecía un TDA sin diagnosticar, ya que era un chico brillante y no era hiperactivo o problemático. Un ensayo con un medicamento estimulante produjo una mejoría súbita y espectacular de casi todos sus defectos de atención.
Esa experiencia despertó mi curiosidad. ¿Cómo podía alguien con tanta capacidad, con un deseo tan intenso de éxito, padecer un deterioro crónico durante tantos años y después superar estas dificultades, casi en una noche, usando sólo dosis diarias bajas de un medicamento de acción corta?
El primer capítulo (del libro Trastorno por déficit de atención. Una mente desenfocada en niños y adultos) presenta una cuestión relativa al TDAH que causa perplejidad:
¿Cómo pueden personas aparentemente normales tener una dificultad crónica para «mantener la atención» en las tareas que ellos consideran importantes, mientras que sí pueden prestar una gran atención a tareas menos importantes pero que sí les interesan? ¿Se trata sólo de un sencillo problema de «fuerza de voluntad»? Creo que, a pesar de las apariencias, el inconveniente principal en el TDAH no es la falta de voluntad, sino un deterioro crónico y que dura toda la vida, de las funciones «ejecutivas» o de gestión de las funciones cerebrales.
En el capítulo 2 utilizo ejemplos de la vida cotidiana para describir seis grupos de problemas cognitivos descritos por la mayoría de las personas con TDA. Algunos de estos síntomas se incluyen en los criterios diagnósticos para el TDAH que ofrece el Diagnostic and Statistic Manual of Mental Disorders en su cuarta edición (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), pero otros no. Son las dificultades crónicas con:
  1. La organización, el establecimiento de prioridades y el comienzo de los trabajos
  2. La atención, el mantenimiento y el desplazamiento de la atención
  3. La regulación del estado de alerta, el mantenimiento del esfuerzo y la determinación de la velocidad de proceso
  4. El control de la frustración y la modulación de las emociones
  5. La utilización de la memoria de trabajo y el acceso a los recuerdos,
  6. La observación y la acción de autorregulación.
Estas funciones cognitivas interaccionan para servir como el sistema de gestión de la mente. El deterioro crónico de estas funciones constituye lo que yo llamo el «síndrome de TDA».
Para entender este síndrome se requiere al menos un conocimiento mínimo de cómo funciona el cerebro. En el capítulo 3 ofrezco explicaciones básicas de cómo actúa este órgano para controlar su vida diaria: cómo se usa la memoria a corto plazo cuando actuamos, cómo se selecciona, en cada momento, qué es lo más importante para dedicarle nuestra atención y cómo se regula a sí mismo el cerebro para estar alerta y «abierto a las actividades» cuando es necesario. En el mismo capítulo se incluye información sobre cómo dos productos químicos específicos (dopamina y noradrenalina) elaborados en el cerebro regulan estas funciones y lo que sucede cuando no funcionan correctamente.
Los problemas del síndrome de TDA son distintos en cada edad. En el capítulo 4 describo cómo los padres y los profesores construyen un entorno de apoyo, un «andamio» que ayuda a los niños a ir desarrollando de forma gradual habilidades de autocontrol para comportarse con esmero, colaborar con los demás, comunicarse y trabajar para aprender a leer y escribir. Y explico cómo, a pesar de ese andamio, estas tareas son mucho más difíciles en niños con síndrome de TDA.
En el capítulo 5 se explica cómo ese andamio va retirándose poco a poco cuando los adolescentes tienen que adquirir más responsabilidades para controlar su tiempo y sus deberes escolares, afrontar el nacimiento de su sexualidad y desarrollar relaciones personales, trabajar para ganar dinero y conducir un coche y, en último término, salir de casa para funcionar con mayor independencia.
Describo el deterioro que sufren los adolescentes con síndrome de TDA cuando van encontrándose con estas tareas. Algunos adultos con el síndrome de TDA tienen menos dificultades cuando abandonan la escuela. En otros, en cambio, esas dificultades aumentan cuando luchan por encontrar y mantener un puesto de trabajo, avanzar en sus carreras, relacionarse, llevar su casa y sus finanzas, tratar con sus parejas y atender a sus hijos. Describo los efectos del síndrome de TDA en todas estas tareas en el capítulo 6.
Todos sufrimos en alguna ocasión los problemas del síndrome de TDA. En el capítulo 7 se plantea la cuestión de cómo los médicos pueden diferenciar un deterioro propio del síndrome de TDA de las dificultades normales de falta de atención. En este caso, también planteo la validez de los esfuerzos al uso, pero demasiado simplistas, que se utilizan para evaluar los deterioros del TDAH.
La investigación ha permitido establecer que las personas con diagnóstico de TDAH tienen hasta seis veces más probabilidades que los demás de sufrir uno o más trastornos psiquiátricos o trastornos del aprendizaje de otro tipo, en algún momento de su vida. En el capítulo 8 describo varios trastornos del aprendizaje, la emoción o la conducta que se superponen con el síndrome de TDA. Propongo que el deterioro de esa función ejecutiva en el síndrome de TDA forma parte integral de muchos trastornos psiquiátricos y del aprendizaje y ofrezco algunos cambios útiles en los modelos diagnósticos actuales.
En el capítulo 9 explico las opciones existentes para aliviar el deterioro del síndrome de TDA con tratamiento. El primer paso de cualquier programa de tratamiento consiste en proporcionar una información exacta al paciente y a su familia sobre la naturaleza y evolución del deterioro del TDAH.
Como los síndromes de TDA tienen una base bioquímica, el tratamiento más eficaz suele ser de tipo médico. Recientemente se han desarrollado nuevos medicamentos, así como nuevos sistemas de administración para medicamentos ya existentes y resalto lo que ahora sabemos sobre la seguridad, eficacia, efectos secundarios y aspectos prácticos de estos tratamientos farmacológicos.
También se describen la utilidad y limitaciones de las terapias conductuales y otras medidas de apoyo para el síndrome de TDA. Y destaco que es importante diseñar para cada paciente un plan de tratamiento personalizado.
En el capítulo 10 incluyo algunos ejemplos sobre cómo el síndrome de TDA no tratado erosiona la esperanza y provoca mucho sufrimiento a los sujetos y sus familias. En este capítulo también se describen los miedos, los prejuicios y otros factores que actúan como barreras para buscar, obtener y mantener el tratamiento adecuado. Y contrasto los métodos que ofrecen «esperanzas irreales» con intervenciones que nutren la «esperanza realista» en la vida cotidiana de las personas que padecen el síndrome de TDA y sus familias.
INTRODUCCIÓN
Las personas suelen creer que la «concentración» es como sujetar una cámara fija y ajustar el objetivo para obtener una imagen clara de un objeto inmóvil. (…) Por el contrario, “concentración” se refiere, en este caso, a un proceso complejo y dinámico por el que se selecciona y capta algo que es importante observar, hacer o recordar cada momento. Igual que un conductor cuidadoso se centra en la tarea de conducir su coche cuando hay mucho tráfico, mirando activamente hacia delante a la vez que, por los retrovisores, observa las señales de tráfico, frena, etc. (todo ello, mientras vigila los indicadores del salpicadero, tiene en cuenta el límite de velocidad y el destino e ignora la tentación de observar durante demasiado tiempo un paisaje interesante), una persona utiliza este desplazamiento muy activo y rápido de un despliegue de la atención y la memoria que se reajustan con rapidez a medida que la atención debe planificar y controlar la actividad que se realiza. Esta concentración es muy difícil para el 7-10% de la población mundial que padece un síndrome de deterioro cognitivo, que actualmente se conoce como trastorno por déficit de atención (TDA) o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
La palabra síndrome describe un grupo de síntomas que tienden a aparecer juntos. Por ejemplo, la congestión nasal, el dolor de garganta, la cefalea, el cansancio y la fiebre aparecen juntos como un síndrome que se conoce habitualmente como «resfriado». Una sola causa o varias de ellas pueden provocar un síndrome común.
En este libro, el término «síndrome de TDA» se usa para referirse a un grupo de deterioros del sistema de gestión de la mente. En el Diagnostic and Statistic Manual of Mental Disorders, cuarta edición (DSM-IV), de la Asociación Norteamericana de Psiquiatría, se describen los criterios diagnósticos aceptados actualmente para el TDAH. El concepto del síndrome de TDA que se introduce en este libro no pretende ser un nuevo diagnóstico que sustituya las categorías existentes. Simplemente, estoy proponiendo una nueva forma de mirar estos deterioros, de los cuales, muchos, pero no todos, están incluidos en los criterios diagnósticos actuales del TDAH. Se han propuesto otras etiquetas para este grupo de deterioros: «trastorno por déficit de atención», «disfunción ejecutiva», «disfunción cerebral mínima», «trastorno del control regulador » y «síndrome disejecutivo», por nombrar sólo algunos. El concepto de síndrome de TDA que aquí se describe incluye muchos deterioros descritos con estos distintos nombres, deterioros que aparecen juntos y tienden a responder a tratamientos similares.
Comparadas con otras personas de igual edad y nivel de desarrollo, las que tienen un síndrome de TDA tienden a tener una «mente desenfocada», no sólo para la conducción, sino también para muchas otras tareas importantes de la vida cotidiana, lo que no significa que las personas con síndrome de TDA no puedan concentrarse nunca como es debido, ni tampoco que las que no tienen un síndrome de TDA siempre estén bien centradas. El síndrome de TDA no es como un embarazo, una situación de todo o nada sin pasos intermedios.
Es más como una depresión. Todas las personas se sienten tristes a veces, pero no se las diagnostica depresión simplemente porque se sientan infelices algunos días, o incluso algunas semanas. El diagnóstico de depresión sólo se establece de forma correcta cuando los síntomas son persistentes y deteriorantes de forma significativa. De igual modo, las personas con síndrome de TDA no están constantemente desconcentradas, pero tienen un deterioro mucho más persistente y dominante de esas funciones cognitivas que la mayoría de la gente.
En ocasiones, se descubre por accidente un tratamiento eficaz para un trastorno, antes de que se sepa bien qué es lo que se está tratando y por qué funciona. En 1937 se descubrió por casualidad un fármaco eficaz para el síndrome de TDA cuando Charles Bradley, un médico de Rhode Island, buscaba un medicamento para aliviar las cefaleas graves que se producían después de una punción lumbar en los niños con trastornos de la conducta que estaba estudiando. El compuesto de anfetamina no fue útil para las cefaleas, pero los profesores comunicaron una mejoría espectacular, aunque de corta duración, en el aprendizaje, la motivación y la conducta de los niños cuando recibieron este medicamento. Poco a poco, su uso fue ganando adeptos en niños hiperactivos con problemas de conducta.
Nuestros conocimientos sobre lo que más tarde pasaría a denominarse síndrome de TDA crecieron de manera significativa durante la década de 1970, cuando los investigadores observaron que los niños hiperactivos también tienden a tener problemas crónicos con falta de atención que, como los problemas de la hiperactividad, mejoran en respuesta a un tratamiento estimulante.
En 1980 la Asociación Norteamericana de Psiquiatría usó por primera vez el término «trastorno por déficit de atención» como diagnóstico oficial. En aquel momento, se reconoció el deterioro crónico de la atención, con o sin problemas conductuales de hiperactividad, como un trastorno psiquiátrico.
En la versión de 1980 del DSM-IV también se mencionaba que, aunque este trastorno suele originarse en la infancia, el deterioro de la atención en ocasiones persiste hasta la edad adulta. En la revisión de 1987 del manual se cambió el nombre de esta afección por el de «déficit de atención/trastorno de hiperactividad»; desde aquel momento, el nombre oficial ha continuado vinculando la falta de atención con los problemas conductuales de hiperactividad, despreciando la importancia que tiene la independencia del deterioro cognitivo del síndrome.
En la última década, algunos medicamentos específicos han demostrado su seguridad y gran utilidad en muchos niños, adolescentes y adultos de todo el mundo que sufren un síndrome de TDA. A pesar de ello, no hay muchas publicaciones en las que se explique en términos razonables la naturaleza compleja de la atención y la gran variedad de estos problemas cognitivos crónicos que se asocian al TDAH.
En este libro, se destaca los efectos catastróficos de los problemas crónicos de falta de atención sobre el desarrollo y la funcionalidad. También, que el diagnóstico actual de TDAH incluye sólo parte de una gama más amplia de deterioros cognitivos, que son los causantes del tratamiento médico y se propone que un grupo de deterioros cognitivos asociados al TDAH, que aquí llamaremos «síndrome de TDA», afecta no sólo a las personas con diagnóstico de TDAH, sino también a muchas otras que padecen diversas afecciones, algunas de las cuales se podrían beneficiar de los tratamientos usados para el TDAH.
Como la mayoría de los médicos de mi generación y, por desgracia, muchos de la generación actual, aprendí muy poco sobre el deterioro de la atención durante mi formación profesional. Nos enseñaron a reconocer a los niños pequeños, principalmente varones, que eran demasiado hiperactivos y que respondían al tratamiento con medicamentos estimulantes y me dijeron que estos niños hiperactivos tenían problemas para prestar atención a sus profesores y padres. Pero nuestra formación sobre los problemas de la atención solía terminar aquí.
En los treinta años de trabajo clínico que siguieron a esos estudios, he aprendido mucho más sobre la naturaleza compleja de la atención. El motivo que impulsó gran parte de mi curiosidad procedía de mis pacientes: niños, adolescentes y adultos que luchan con el aprendizaje, el trabajo, las relaciones sociales y la vida familiar. Como los enfermos me habían descrito una gran variedad de problemas crónicos de falta de atención, comencé a apreciar la complejidad del trastorno y su importancia fundamental en la vida cotidiana. De hecho, al describir la amplia variedad de funciones cognitivas que mejoran cuando el tratamiento es eficaz, estos pacientes me han ayudado a comprender las interconexiones que tienen las redes de la atención en la mente humana.
Aunque este libro se ha construido sobre el conocimiento clínico de los pacientes con problemas de falta de atención, también incorpora información sobre la investigación actual en psicología, psiquiatría y neurociencias.

El Dr. Thomas E. Brown es psicólogo clínico, Doctor por la Universidad de Yale, profesor auxiliar clínico de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale y director asociado de la Clínica Yale para Trastornos de la Atención y Problemas Relacionados.
Reconocido internacionalmente, gracias a sus investigaciones en el área del Trastorno de Déficit de Atención con hiperactividad (TDAH), el Dr. Brown ha recibido el reconocimiento honorífico por parte de la National Attention Deficit Disorder Association y fue incluido en el Salón de la Fama CHADD por sus contribuciones excepcionales a la investigación y la educación profesional en materia del TDAH en niños y adultos.
Es autor de libros como “Escalas Brown para el Trastorno de Déficit de Atención en niños, adolescentes y adultos” o “Trastornos de Déficit de Atención y Comorbilidades en niños, adolescentes y adultos”. Su última obra, “Trastorno de Déficit de Atención: la falta de concentración en niños, adolescentes y adultos”, fue publicada por la Yale University Press en septiembre de 2005.
FUENTES:
“Trastorno por déficit de atención. Una mente desenfocada en niños y adultos”. Thomas E. Brown
Dr. José Ángel Alda Díez. Jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infanto-Juvenil, Hospital Universitari Sant Joan de Déu, Esplugues de Llobregat, Barcelona

lunes, 19 de diciembre de 2011

LAS DIFICULTADES DE APRENDIZAJE EN EL TDAH: ANNA SOLANAS

SRA. ANNA SOLANAS, PEDAGOGA ESPECIALISTA EN TDAH (Centre de Pedagogia Xaris. Tarragona)
"CÓMO TRATAR LAS DIFICULTADES DE APRENDIZAJE".
1ª JORNADA TDAH: RESPUESTAS QUE AYUDAN
Salón de Actos del Centro Médico TEKNON. Sábado 19 noviembre 2011.
Organización: Fundación Teknon.

Sra. Anna Solanas, Pedagoga especialista en TDAH. "Cómo tratar las dificultades de aprendizaje" from Fundación Teknon on Vimeo.

TDAH: SEMINARIO DE RUSSELL A. BARKLEY EN MADRID

9ª Jornada sobre Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.
ENCUENTRO CON EL EXPERTO (6 horas): Dr. Russell A. Barkley

El pasado 14 de diciembre tuvo lugar la 9ª Jornada sobre Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, en el Hospital Clínico San Carlos, con la asistencia del Dr. Barkley, organizado por la Fundación Educación Activa y coordinado por la Oficina Regional de Coordinación de Salud Mental.
 El seminario contó, como ponente principal, con la presencia del Dr. Russell A. Barkley y con la intervención de los siguientes moderadores:
  • Dr. Juan José López-Ibor: Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid. Jefe del Hospital Clínico San Carlos, Madrid
  • Dr. Francisco Ferre Navarrete: Jefe de Servicio de Psiquiatría y de Unidades de Referencia, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid
  • Dr. Javier Correas Lauffer: Jefe del Servicio de Psiquiatría, Hospital de Henares, Coslada (Madrid)
  • Dr. Alberto Fernández Jaén: Jefe Unidad de Neurología Infantil, Hospital Quirón, Madrid. Asesor Médico del Centro CADE
El seminario estuvo presidido por SAS Nora de Liechtenstein, presidenta de honor de la Fundación Educación Activa.

El programa incluyó los siguientes aspectos:
  • La importancia de las emociones en el entendimiento y el manejo del TDAH.
  •  Resultados en el curso de la vida del TDAH y las implicaciones del tratamiento.
  •  TDAH - Autorregulación y Funciones Ejecutivas: teoría e implicaciones para su manejo.
  •  Optimizar el tratamiento del TDAH - el impacto de la comorbilidad.
El Dr. Russell A. Barkley, Ph.D., es Catedrático de Psiquiatría Clínica de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur. Previamente fue Profesor de Psiquiatría y Neurología y Director de Psicología en la Universidad de Medicina de Massachusetts (1985-2002). Ha sido Profesor Asociado del Servicio de Neurología en la Universidad de Medicina de Wisconsin (1977-1985) y fundador del Servicio de Neuropsicología de la Universidad. Es Diplomado en tres especialidades, Psicología Clínica (ABPP), Psicología Clínica del niño y del adolescente, y Neuropsicología Clínica (ABCN, ABPP) y miembro de la Asociación Psicológica Americana. El Dr. Barkley es un científico clínico, educador y médico – autor - co-autor y co-editor de 18 libros y 27 ediciones de manuales clínicos. Ha publicado más de 250 artículos y capítulos en libros científicos relacionados con la naturaleza, la incidencia y el tratamiento de ADHD y los desórdenes relacionados con este trastorno. Es editor del boletín bimensual de noticias clínicas, The ADHD Report. Ha intervenido en más de 700 Congresos internacionales y en los programas televisivos: 60 Minutos, Today Show, Good Morning America, CBS Sunday Morning, CNN, y en muchos otros programas relacionados con el ADHD. En 1996, la Academia Americana de Pediatría le concedió el premio C. Anderson Aldrich, por su carrera en la investigación del desarrollo del niño. Ha recibido varios premios de la Asociación Psicológica Americana por su contribución a la investigación del ADHD, por la práctica clínica y por la difusión de la ciencia. Actualmente reside en Charleston, Carolina del Sur. Su Web es http://www.russellbarkley.org/

sábado, 17 de diciembre de 2011

UN CENTENAR DE ORIENTADORES PARTICIPAN EN GUADALAJARA EN UNA JORNADA DE FORMACIÓN DEL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN

Cerca de un centenar de orientadores de la provincia de Guadalajara han participado este viernes en una jornada de formación sobre el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), en el salón de actos de la Delegación de la Junta.
La coordinadora provincial de Educación, Cultura y Deporte, Violeta Miguel, ha agradecido a los orientadores su trabajo y ha destacado el importante papel que desarrollan en los centros educativos, para cuyo desarrollo es importante la formación.
La jornada nació del compromiso adquirido por la coordinadora provincial tras una reciente reunión con los responsables provinciales de la Asociación de TDAH, en la que se planteó la necesidad de que los centros educativos cuenten con profesionales que conozcan la realidad de estos alumnos.
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad se inicia en la infancia y se caracteriza por dificultades para mantener la atención, hiperactividad, exceso de movimiento o dificultades en el control de los impulsos.
A los niños con TDAH les cuesta prestar atención, concentrarse o permanecer sentados. Si bien todos los niños, particularmente los más pequeños, actúan en ocasiones de esta forma -especialmente cuando están nerviosos o excitados-, los niños con TDAH muestran estos síntomas durante mayores periodos de tiempo y en distintas situaciones, interfiriendo en su vida familiar, escolar y social.
La presidenta de la Asociación TDAH de Guadalajara, Gloria López Ruiz, ha sido la encargada de presentar esta jornada sobre las necesidades de estos alumnos, cuya presencia en las aulas es cada vez mayor.
Se cree que entre el 3 y el 8 por ciento de la población infanto-juvenil padece TDAH, lo que supone 1 o 2 niños por aula. La participación de la escuela y los orientadores juega un papel fundamental tanto en el diagnóstico como en el del tratamiento global del niño o adolescente con TDAH.
FUENTE:

martes, 13 de diciembre de 2011

LABORATORIOS RUBIÓ CREA UNA WEB PARA PROMOVER LA IMPORTANCIA DE LA GENÉTICA DEL TDAH

13.12.11 | 11:12h. EUROPA PRESS | MADRID
Laboratorios Rubió ha creado el portal web www.analisisgeneticotdah.com   con la intención de promover la importancia de la genética en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Este espacio dirigido a familias y profesionales es "un paso adelante hacia la medicina personalizada", según explican los laboratorios.
El TDAH es un trastorno que repercute de manera negativa en el rendimiento académico del niño y en sus relaciones sociales. Esta patología afecta a entre un 5 y un 7 por ciento de la población infantil, lo que se manifiesta en que uno o dos niños por cada aula escolar la sufren. Además, el 50 por ciento de los enfermos continúan siéndolo en su edad adulta, tal y como han demostrado diversos estudios.
En la actualidad, ya se conoce que la causa en el 80 por ciento de los casos es de base genética. Además, se sabe mejor la respuesta de los pacientes a los tratamientos farmacológicos, así como el riesgo de presentar comorbilidades como los trastornos de conducta o el abuso de sustancias.
Por todo ello, el análisis genético se ha convertido en la principal arma para luchar contra esta enfermedad. 'Neurofarmagen TDAH' es el primero que permite recopilar información sobre los principales genes implicados en esta patología. Para dar a conocer este hecho, Laboratorios Rubió ha puesto a disposición de los afectados y de los profesionales un espacio web con explicaciones, preguntas y un glosario de términos genéticos sobre el TDAH.
En www.analisisgeneticotdah.com    también se puede obtener información de las diferentes asociaciones dedicadas a la lucha y control de esta enfermedad, así como elementos de vídeo para conocer el funcionamiento de 'Neurofarmagen TDAH' y para solicitar este análisis.
FUENTE:

EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN INCLUYE EL TDAH EN EL TEMARIO PARA LAS OPOSICIONES DEL 2012

El Ministerio de Educación ha remitido a los sindicatos los temarios definitivos para las oposiciones a Orientación Educativa del 2012.
Aunque aún no se ha hecho público en el BOE, en el temario aparece el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en el Tema 47.
47. Los Trastornos de Déficit de Atención e Hiperactividad.         
47.1. El Trastorno de Déficit de Atención (TDA) o Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención (THDA). Caracterización y su relación con los problemas de aprendizaje.
47.2. Detección y evaluación.                  
47.3. Relación de los trastornos TDA Y TDHA con los problemas de aprendizaje.
47.4. Tratamiento de estos trastornos. Implicaciones y adaptaciones educativas.
47.5. Aportaciones de la orientación educativa.
Ver temario completo en:

LOS FÁRMACOS PARA EL TDAH NO ELEVAN EL RIESGO CARDÍACO DEL PACIENTE ADULTO

12.12.11 | 18:12h. Reuters/EP | CHICAGO
Los fármacos para tratar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no aumentan el riesgo de sufrir ataques al corazón, ictus o muerte súbita. Así lo ha demostrado un estudio del Kaiser Permanente Northern California, en Estados Unidos, que se publica en "Journal of the American Medical Association".
Los resultados de este trabajo, que despeja las dudas sobre el uso de estos fármacos para el TDAH, son similares a los logrados en otra investigación sobre adolescentes, que tampoco encontró que estos medicamentos aumentaran este riesgo.
Las personas con TDAH son inquietas, impulsivas y se distraen con facilidad. Para esta enfermedad no hay cura, pero sus síntomas pueden mantenerse bajo control utilizando una combinación de terapia conductual y fármacos estimulantes.
Estos medicamentos pueden aumentar la presión sanguínea y el ritmo cardíaco. Existen varios informes, incluido uno sobre niños, que señalan que podrían aumentar el riesgo de ataques al corazón, ictus y de paradas cardíacas repentinas.
En Estados Unidos, unos 2,7 millones de niños y más de 1,5 millones de adultos han recibido fármacos para el TDAH, como el 'Ritalin' de Novartis, (conocido en España como "Rubifén"), el 'Concerta' de Johnson & Johnson o el 'Strattera', de Eli Lilly.
Según Laurel Habel, Kaiser Permanente Northern California, "existía una preocupación sobre la seguridad cardiovascular de estos fármacos".
Por eso su equipo utilizó los registros médicos electrónicos de más de 440.000 adultos entre los 25 y los 64 años. De ellos, más de 150.000 habían recibido medicamentos para el TDAH. El fármaco más utilizado en este estudio fue 'Ritalin' (metilfenidato) y 'Adderall' (anfetamina).
Los científicos querían saber si los pacientes que tomaban fármacos contra el TDAH presentaban mayores tasas de ataque al corazón, muerte cardíaca prematura e ictus que aquellos que no tomaban estos fármacos.
Entre los usuarios, observaron también si el riesgo de sufrir un ataque al corazón era mayor cuando tomaban el medicamento o tras haber dejado de consumirlo.
"No vimos ninguna evidencia de que estos medicamentos aumentasen el riesgo de ninguno de estos eventos", ha señalado Habel.
Entre los pacientes de este estudio que habían tomado alguna vez fármacos contra el TDAH, las tasas de problemas cardíacos eran casi las mismas mientras consumían estos medicamentos y un año después de dejar de tomarlas.
Aunque este estudio no puede descartar por completo un mayor riesgo de problemas cardíacos en jóvenes y adultos de mediana edad, proporciona tranquilidad, dice Habel. "Pensamos que nuestros resultados sugieren que estos fármacos no aumentan de forma considerable el riesgo de eventos cardiovasculares", concluye.
FUENTE:

miércoles, 7 de diciembre de 2011

ATOMOXETINA (STRATTERA®) Y AUMENTO DE LA PRESIÓN ARTERIAL Y FRECUENCIA CARDÍACA: NUEVAS RECOMENDACIONES

Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios AEMPS

La revisión de los datos procedentes de ensayos clínicos ha mostrado que atomoxetina puede producir cambios clínicamente importantes en la presión arterial y en la frecuencia cardíaca.
Atomoxetina está contraindicado en pacientes con enfermedad cardiovascular o cerebrovascular graves.
Antes de iniciar el tratamiento debe evaluarse la presencia o antecedentes de patología cardiaca.
Se debe llevar a cabo una monitorización de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca durante el tratamiento.
Fecha de publicación: 5 de diciembre de 2011
Atomoxetina (Strattera®) está indicado en el tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en niños a partir de los 6 años y adolescentes, como parte de un programa completo de tratamiento. El tratamiento se debe iniciar por un especialista en el tratamiento del TDAH.
Un análisis reciente de los datos combinados de ensayos clínicos controlados y no controlados con atomoxetina en niños y adultos, indicó que la mayoría de los pacientes tratados con atomoxetina experimentan un modesto incremento de la presión arterial (incremento medio inferior a 5 mm Hg) y de la frecuencia cardíaca (incremento medio inferior a 10 lpm), tal y como se recoge en la ficha técnica de Strattera®.
Sin embargo, en esta revisión se observó que una proporción de pacientes tratados con atomoxetina (aproximadamente 6-12% de niños y adultos) experimentaron cambios clínicamente relevantes en la frecuencia cardiaca (20 lpm o más) o en la presión arterial (15-20 mm Hg o más).
Adicionalmente, en un número reducido (15-32%) de los pacientes que experimentaron cambios clínicamente relevantes en la presión arterial y frecuencia cardiaca, éstos se mantuvieron en el tiempo o progresaron.
No es posible identificar factores de riesgo o grupos específicos de pacientes de especial riesgo, por lo que se considera necesario una evaluación clínica y cardiovascular antes y durante el tratamiento con atomoxetina, especialmente en aquellos pacientes que pueden ser susceptibles de un empeoramiento de su situación clínica por este motivo. En el caso de que antes del inicio o durante el tratamiento se identificasen antecedentes o la aparición de enfermedad cardiovascular, se debe llevar a cabo una valoración por un cardiólogo.
Asimismo, el uso de atomoxetina se ha contraindicado en pacientes con enfermedad cardiovascular o cerebrovascular grave (para una información más detallada, consultar la ficha técnica actualizada de Strattera®).
Tomando como base estas conclusiones, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), establece las siguientes recomendaciones para los profesionales sanitarios:
  • El uso de atomoxetina está contraindicado en pacientes con trastornos cardiovasculares o cerebrovasculares graves en los que se puede esperar un deterioro con un incremento en la presión arterial o en la frecuencia cardiaca clínicamente importante.
  • En aquellos pacientes en los que se esté considerando el tratamiento, se recomienda realizar un minucioso examen físico e historia clínica para evaluar la presencia de enfermedad cardíaca.
  • Atomoxetina debe utilizarse con precaución en pacientes que pudiesen empeorar por un aumento de la presión arterial o de la frecuencia cardiaca, tales como pacientes con hipertensión, taquicardia, o enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares.
  • La frecuencia cardíaca y la presión arterial se deben medir y registrar en todos los pacientes antes de que comiencen el tratamiento con atomoxetina, así como después de cada ajuste de dosis y al menos cada 6 meses durante el tratamiento. Si el paciente desarrolla síntomas que sugieran un trastorno cardiaco durante el tratamiento, debe ser remitido a un cardiólogo para una evaluación inmediata.
La ficha técnica y prospecto de Strattera® han sido convenientemente actualizados, pudiéndose consultar en la web de la AEMPS (www.aemps.gob.es, sección CIMA).
Finalmente, se recuerda la importancia de notificar todas las sospechas de reacciones adversas al Centro Autonómico de Farmacovigilancia correspondiente.
FUENTE:

martes, 6 de diciembre de 2011

RELACIONAN EL NEUROTRANSMISOR “GLUTAMATO” CON EL TDAH

DOMINGO, 4 de diciembre (HealthDay News) –
Unas variaciones en los genes involucrados en las vías de señalización del cerebro parecen relacionarse con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), según un estudio reciente.
Los hallazgos sugieren que los fármacos que actúan sobre esas vías podrían ofrecer una nueva opción de tratamiento para los pacientes de TDAH que portan esas variantes genéticas, apuntó el equipo de investigación del Hospital Pediátrico de Filadelfia.
En el estudio, los investigadores llevaron a cabo análisis de todo el genoma de mil niños que tenían TDAH y de 4,100 niños que no. Entonces, evaluaron los hallazgos a la luz de otra investigación con casi 12,000 sujetos, 2,500 con TDAH y 9,200 sin la afección.
El análisis genómico reveló que al menos diez por ciento de los niños con TDAH tenían "variaciones del número de copias", o sea omisiones o duplicaciones de secuencias del ADN, en cuatro genes que forman parte de la familia de genes receptores del glutamato. El resultado más firme fue en el gen GMR5.
El glutamato es un neurotransmisor, una proteína que transmite señales entre las neuronas del cerebro, explicaron los autores en un comunicado de prensa del hospital.
"Los miembros de la familia de genes GMR, junto con los genes con los cuales interactúan, afectan la transmisión nerviosa, la formación de neuronas y las interconexiones cerebrales, así que el hecho de que los niños con TDAH sean más propensos a tener alteraciones en esos genes refuerza la evidencia previa de que la vía GMR es importante en el TDAH", señaló en el comunicado de prensa el director del estudio, el Dr. Hakon Hakonarson, director del Centro de Genómica Aplicada del Hospital Pediátrico.
"Nuestros hallazgos llegan a la causa de los síntomas del TDAH en un subconjunto de niños que sufren la enfermedad", añadió.
Uno de los expertos ha afirmado que el hallazgo podría resultar significativo:
"Este estudio es importante no sólo porque ha identificado variantes genéticas asociadas al TDAH en aproximadamente diez por ciento de los casos, sino porque identifica estrategias novedosas de tratamiento relacionadas con el neurotransmisor glutamato, que ahora los investigadores pueden desarrollar para los individuos que portan las variantes genéticas recién identificadas", apuntó el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven & Alexandra Cohen de Nueva York, en New Hyde Park, Nueva York.
"Este estudio nos proporciona más evidencia, no sólo de que el TDAH tiene una base genética en un subconjunto distintivo de niños que sufren de la afección, sino de que el neurotransmisor glutamato parece tener mucho que ver en algunos casos", añadió. "Esperamos que estos hallazgos permitan a los investigadores identificar estrategias de tratamiento seguras y eficaces para el subconjunto de niños que tienen TDAH con esas variaciones en los genes relacionados con el glutamato".
El estudio aparece en la edición online del 4 de diciembre de la revista Nature Genetics.
El TDAH afecta a hasta el siete por ciento de los niños en edad escolar, y a un menor porcentaje de adultos. Entre los síntomas se hallan un periodo corto de atención, conducta impulsiva y un exceso de actividad. No se conocen sus causas, pero el TDAH tiende a darse en familias, y se cree que puede ser influido por muchos genes que interactúan.
Adesman también anotó que la técnica usada en este estudio, el análisis comparativo de todo el genoma, "podría, en el futuro, identificar otras posibilidades de tratamiento para los niños con TDAH y otras afecciones".
FUENTE:

viernes, 2 de diciembre de 2011

CAUSAS BIOLÓGICAS DEL TDAH



FUENTE:
CADAH http://www.youtube.com/watch?v=zsojft1fJho
TRANSCRIPCIÓN DEL VIDEO:
Desde que en 1902, Still publicara el primer cuadro clínico relacionado con lo que hoy se conoce como Trastorno de Déficit de Atención, con o sin Hiperactividad (TDAH) han pasado muchos años y diversas clasificaciones para intentar definir un síndrome, un trastorno, que se manifiesta en niños que hablan en exceso, que interrumpen las actividades de otros, que no guardan su turno, que son incapaces de estar quietos que, en definitiva, demuestran una hiperactividad que son incapaces de controlar, que se acompaña de fácil distracción ante estímulos mínimos, descuido de las actividades diarias, incapacidad de finalizar una actividad que empiezan, que parecen no escuchar las instrucciones de los demás, etc.
Igualmente, estos niños suelen mostrar una pobre capacidad de planificación y previsión, una disminución en el control de impulsos y gran labilidad afectiva.
Muchas han sido las hipótesis vertidas a lo largo de los años acerca de las causas que lo originaban, pero ha sido en las últimas décadas cuando más se ha avanzado en la identificación de los orígenes biológicos del TDAH. Gracias a las modernas técnicas de imagen funcional y de estudios genéticos ha sido posible adentrarse en los orígenes del TDAH. El importante papel del córtex prefrontal en la aparición de los síntomas del TDAH está hoy avalado por las técnicas de imagen funcional además de por las teorías clásicas. La corteza prefrontal actúa como un director de orquesta capaz de valorar en una vista aérea todas las demás funciones del cerebro y coordinarlas para un fin concreto. Cuando los lóbulos frontales no funcionan bien, no actúan con suficiente intensidad o no están correctamente comunicados, sus funciones ejecutivas se deterioran y el individuo se encuentra a merced de distracciones accidentales, es incapaz de continuar planes o de tener un control previo sobre sus impulsos y, esto es en definitiva, lo que caracteriza al TDAH.
Ante la aparición de un estímulo en el niño sano, con la activación del córtex prefrontal, se inicia la coordinación entre las diversas funciones y capacidades. No obstante, en el niño con TDAH, debido a la hipoactividad de esa zona, existe una falta de coordinación interna, aunque las capacidades sean normales, con una fácil distracción ante estímulos externos e incapacidad del control motor.
Esta situación nos recuerda a una gran orquesta sinfónica. Si bien la orquesta está compuesta por experimentados profesores y por magníficos instrumentos, cuando cada uno afina a su aire, lo único que puede percibirse es una amalgama de sonidos inconexos. Y es que la labor del director de orquesta es fundamental para llevar el ritmo y mostrar prioridades en cada momento, coordinar la entrada de cada uno, la intensidad y el matiz de los sonidos para rectificar, ajustar, planificar, afinar… gracias a esta función ejecutiva se consigue que cada uno de los músicos brille al máximo dentro de un trabajo en equipo. La responsabilidad de cómo suene esta gran orquesta es, en gran parte de su director. Igualmente, de cómo active y module el córtex prefrontal dependerá el rendimiento final de la orquesta que representa el encéfalo.
Al igual que diferentes formas de afrontar la partitura y de modular a la orquesta dan lugar a muy variadas versiones de una misma sinfonía, de cómo funcione el director de orquesta del encéfalo del niño en cada momento dependerá su rendimiento, su capacidad de seleccionar la atención y de controlar su actividad motora y su impulsividad. Tal y como hemos podido apreciar previamente, ante la aparición de un estímulo, especialmente si existe poca motivación, el córtex prefrontal del niño con TDAH no se activa convenientemente.
Uno de los objetivos del tratamiento con metilfenidato es estimular una activación del córtex prefrontal, de tal forma que pueda ejercer su función con normalidad y el niño pueda optimizar sus capacidades, siendo realmente él mismo y desapareciendo ese caos interior que percibe.
Los lóbulos frontales se relacionan con el resto del encéfalo a través de verdaderas autopistas de la información, que son vías aferentes y eferentes. La sinapsis de estas vías están moduladas por las catecolaminas. Éstas son liberadas en función de los estímulos y su presencia en el espacio sináptico favorece la transmisión del impulso nervioso. Pero en los niños con TDAH existiría una alteración en sus transportadores que acelerarían su recaptación y, con ello, la escasa presencia de catecolaminas en el espacio sináptico.

jueves, 1 de diciembre de 2011

UNAS VÍAS CEREBRALES PARECEN AFECTADAS EN LOS NIÑOS QUE TIENEN TDAH

Las áreas involucradas en la 'atención visual' y la memoria de trabajo son menos activas, según muestran las imágenes por resonancia magnética funcional (IRM)
LUNES, 28 de noviembre (HealthDay News) –
Los cerebros de los niños que sufren de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) muestran anomalías en ciertas áreas involucradas con la "atención visual", según una investigación reciente.
Los investigadores realizaron IRM funcionales (IRMf: imágenes por resonancia magnética funcional) en 19 niños con TDAH, entre los 9 y 15 años de edad  y 19 niños sin el trastorno, en cuya prueba se les mostraba un conjunto de números y se les pedía recordar si un grupo de números posterior encajaba con el original.
La prueba obliga a los niños a prestar atención y mantenerse concentrados para poder recordar el conjunto original, apuntó la directora del estudio Xiaobo Li, profesora asistente de radiología del Colegio de Medicina Albert Einstein, en la ciudad de Nueva York.
Una IRMf es un tipo especializado de IRM (imagen por resonancia magnética), utilizado para medir la actividad cerebral.
Los escáneres mostraron que los niños con TDAH tenían menos actividad en el lóbulo frontal, el lóbulo parietal y el lóbulo temporal, lo que "concuerda con estudios anteriores que también mostraron activaciones reducidas en las mismas regiones", apuntó Li; esas regiones cerebrales también se han asociado con la atención y la memoria de trabajo, añadió.
Los niños con TDAH también mostraron diferencias en la conectividad cerebral entre las regiones, lo que incluye anomalías de "corto rango", "largo rango" y "a través de los hemisferios", señaló.
"Lo que esto nos dice es que los niños con TDAH usan vías cerebrales funcionales parcialmente distintas para procesar esta información, lo que podría estar causado por vías afectadas en la materia blanca que tienen que ver con el procesamiento de la información de la atención visual", apuntó Li, quien ahora planea estudiar la capacidad de los niños con TDAH para mantenerse enfocados en la información auditiva, es decir, en lo que escuchan.
La investigación fue presentada el lunes en la reunión de la Sociedad Radiológica de América del Norte (Radiological Society of North America) en Chicago. Los datos y las conclusiones de las investigaciones presentadas en reuniones médicas deben ser consideraras como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Se calcula que el TDAH afecta a entre el cinco y el ocho por ciento de los niños en edad escolar. Los síntomas, que pueden persistir hasta la adultez, incluyen falta de atención, hiperactividad e impulsividad, más allá de lo que se observa normalmente para la edad y el punto del desarrollo de un niño.
Aunque los investigadores sugirieron que las anomalías en la conectividad cerebral podrían eventualmente ser utilizadas como una herramienta diagnóstica para el TDAH, otros expertos señalan que primero hay que aprender mucho más. Esto incluiría realizar estudios con más niños y determinar si las diferencias en la conectividad observada en las IRMf se ven exclusivamente en niños con TDAH o también en niños con otras afecciones.
"Sugerir que se debe recomendar una IRMf como evaluación inicial de los pacientes de TDAH ciertamente no está justificado en este momento y no hay recomendaciones clínicas inmediatas que surjan de aquí", apuntó el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven and Alexandra Cohen en New Hyde Park, Nueva York.
Aunque los hallazgos están "lejos de ser una herramienta diagnóstica, sí sugieren que algún mecanismo cerebral se asocia con los síntomas", añadió.
No hay una prueba singular para el TDAH. Actualmente, los médicos diagnostican el problema mediante información sobre la conducta del niño provista por los padres y otros cuidadores, y un examen médico para descartar otras afecciones.
"Diagnosticar el TDAH es muy difícil debido a su amplia variedad de síntomas conductuales", apuntó Li. "Establecer un biomarcador de imagen confiable para el TDAH sería una contribución importante al campo".
FUENTE:

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Xiaobo Li, Ph.D., assistant professor, radiology, Albert Einstein College of Medicine, New York City; Andrew Adesman, M.D., chief, developmental and behavioral pediatrics, Steven and Alexandra Cohen Children's Medical Center, New Hyde Park, N.Y.; Nov. 28, 2011, presentation, Radiological Society of North America meeting, Chicago